1. Mi casa de playa (1)


    Fecha: 13/09/2024, Categorías: Infidelidad Autor: verosoto, Fuente: CuentoRelatos

    Estaba en la casa de la playa con mi esposo, pasabamos un sabroso fin de semana largo producto de un "puente" por feriado. Pero como teníamos tiempo sin visitar nuestro lar playero, la grama y el monte estaban muy altos. Siempre por allí pasaban hombres o chicos que se ofrecían, a cambio de un poco de dinero, desmalezar las casas de los turistas. Al rato llegó un jovencito sin franela y con un short, descalzo, de piel curtida, cabello crespo, se notaban sus abdominales bien definidos y su cuerpo, flaco pero durito. Llamó poderosamente mi atención... Le preguntó a mi esposo que si quería se encargaba de limpiar la casa de tanto monte, a lo que Jose (así se llama mi marido) dijo que sí. Yo sentí emoción, algo raro me sucedía pero aquel jovenzuelo me atraía. Confieso antes de continuar mi relato que no soy una joya que digamos, he sido infiel a mi esposo varias veces porque digamos, soy muy caliente, aunque amigas cercanas que conocen de mi conducta dicen "muy puta", hahaha. Pero nunca lo he hecho con alguien menor por muchos años que yo, o con gente relacionada con mi familia o amistades. Tengo 36 por cierto; han sido deslices en viajes que he realizado sola bien por trabajo o placer. Me han tocado amantes ocasionales rondando mi edad o muy mayores ¡Soy de las que cree firmemente que en la variedad está el goce!
    
    Lo cierto es que no podía dejar de admirar al muchacho, creo que de primeras el niñato se dio cuenta que lo miraba y miraba. Estaba yo a orillas de la pequeña piscina, cargaba un hilo dental blanco que dejaba ver generosamente mis voluptosidades. El chico también me veía pero con asombro, como embobado, salvo cuando mi marido estaba cerca. Al rato de iniciar el corte del monte, empezó a sudar, se veía regio, sus pequeños músculos tensos por la labor que hacía con un machete y aquel abdomen, Diosss. Ya empezaba a agitarme imaginando cosas morbosas y sensuales. En una de esas que cruzamos miradas, le sonreía pícaramente y él me devolvió el gesto. Eso me emocionó, ya estaba desencajada... Mas tendría que conformarme con sólo fantasear con aquel pueblerino ya que estaba allí con mi consorte.
    
    Pero repentinamente, el Universo conspiró a mi favor. Jose recibió una llamada a su celular; su Jefe le pedía urgente unos papeles que mi maridito tenía en casa. Así que acongogado se me acercó y dijo que debía atender la petición del "Chivo mayor", pero eran tres horas de camino más tres horas de regreso, sin contar el tiempo que le tomaría verse con el Jefe y darle los documentos. Poniendo cara de "tristeza", pues le dije que era el precio del deber, que su buen cargo exigía sacrificios como ese y que total, estaría de vuelta en la noche o mejor, mañana tempranito para seguir nuestro relax de playa ya que quedaban el domingo entero y parte del lunes que era el feriado. Así quedamos, al día siguiente es que él retornaría a la playa. Entonces partió mi esposito amado, al cabo de una rato verifiqué por dónde iba no fuese hacer que se devolviese ...
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