1. Javiera, mi sobrinita juguetona


    Fecha: 11/09/2024, Categorías: Incesto Autor: Pastel de fresa, Fuente: SexoSinTabues30

    ... entré al baño. Me miré al espero, sin creer lo que había pasado. Cuando me saqué el pene para orinar, pude notar que estaba hinchadísimo de excitación. Si hubieramos seguido así, me hubiese corrido en los pantalones.
    
    El día siguío avanzando. Las veces que nos topábamos por la casa con Javiera, sólo nos mirábamos cómplicemente, ya que siempre había alguien en la misma habitación. No pudimos conversar nada sobre lo que había pasado. Ambos sabíamos lo que habíamos hecho, y sólo sería un grato recuerdo.
    
    — ¿Vas a quedarte entonces?
    
    — ¿Cómo? -Dije embobado, despertando de mis pensamientos profundos.
    
    — Que si vas a quedarte -Dijo mi novia. Al otro día mi suegra quería que la ayudara a reparar una lavadora. Como yo tengo conocimientos en electrodomésticos, y para ahorrar un viaje, me estaban ofreciendo pasar la noche en la casa.
    
    — Si, no hay problema. -Dije, riendo por la situación. Fue inevitable que mis ojos se fueran a Javiera, quien aprovechó la situación.
    
    — Ahhhhh mamá… yo también quiero quedarme con mi abuela. ¡Es que la extraño tanto! – Corrió donde mi suegra y la abrazó cariñosamente.
    
    Todos rieron y le hicieron burla.
    
    — Jajajaja… Ok, ok. Puedes quedarte, Javiera. -Dijo mi cuñada Marcela.
    
    La tarde se me hizo eterna, pero eventualmente llegó la noche. La casa era grande, así que nos asignaron una pieza a mi, y otra a mi sobrinita. Como no iba preparado para pasar la noche y hacía calor, me acosté sólo con boxers. Cuando eran las 11PM, apagué la luz, y me acosté. Estaba nervioso. No sabía que pasaría durante la noche. Lo único que me separaba de Javi era un pasillo. Mi suegra dormía en el piso de abajo, y tenía el sueño pesado ya que tomaba pastillas para su insomnio. Intenté conciliar el sueño, pero me costaba limpiar mi mente de pensamientos.
    
    Cuando estaba comenzando a caer en un profundo sueño, la puerta de mi habitación se abrió…
    
    — ¿Tío? -Era la voz de Javiera…
«123»