1. La prima Diana se come mi semen y mi mujer nos descubre


    Fecha: 11/09/2024, Categorías: Incesto Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    ... a su boca, con su lengua jugueteaba mi glande, luego le daba pequeñas mordías, para después introducirlo entero a su boca.
    
    L: ¡Ah, nena, uf!
    
    D: ¡Papi, uhm!
    
    Más rápido me masturbaba con sus ricas tetas, yo gozaba el trabajo que me hacía, la nena lo hacía muy bien, a sus 19 años me enseñaba que tenía experiencia.
    
    Unos minutos después cuando mi verga ya estaba súper dura ay sacando liquido pre seminal, Diana la metí a su boca y me dio una súper mamada, metía toda mi verga a su boca. Ella apenas si podía respirar, pero seguía tragándose entera mi polla caliente.
    
    Yo también quería probarla, así que la acomodé para un 69, su vagina estaba arriba de mi cara, hice aun lado su tanguita húmeda y metí mi lengua en su concha, haciéndola rollo probaba sus fluidos y estimulaba su clítoris, la tomaba de las nalgas para empujarla más a mi boca y ligeras mordidas le daba en sus labios vaginales, luego introduje dos dedos para palparla, los metía con velocidad, mi lengua succionaba su clítoris y mis dedos exploraban el interior de ella.
    
    Por su parte ella continuaba comiéndose mi dura verga, lamia mis huevos, su lengua probaba toda mi pelvis, mis entrepiernas para luego meter de un solo golpe mi verga a su boca.
    
    Finalmente, venia lo más rico, la puse en cuatro y ella inclinándose más me ponía un trasero enorme, banco, en forma de corazón, donde notaba como su vagina escurría y me pedía ser sometida.
    
    D: ¿Ya me la metes?
    
    L: ¡La quieres!
    
    D: ¡Si, dámela!
    
    L: ¡Ahí voy nena!
    
    La tome de su cadera y lentamente la penetre, sus suspiros me aceleraban, pero, aun así, solo la metía despacio.
    
    Sentía como apretaba mi verga, apoyándome en su espalda empecé a subir mis embestidas, le apretaba los muslos para luego apoyarme en ellos y continuar penetrándola.
    
    L: Oh, Diana, ¡tienes unas nalgas de lujo!
    
    D: ¡Mas, uhm!
    
    L: ¡Toma, uhm!
    
    D: ¡Ah, así, que rico!
    
    Como si la estuviera arrestando coloque sus brazos, me excitó ver la imagen de ella empinad con los brazos atrás y como toro la embestía más fuerte.
    
    El ruido de mis embestidas era fuerte, ya me había olvidado que aun su hermano y mi esposa estaban despiertos, solo quería seguir montando a la rica mujer.
    
    Me acosté y Diana subió a cabalgarme, se movía fantástico, mis manos acariciaban su abdomen, subían en medio de sus tetas para después apretarlas con fuerza, ella me acariciaba los brazos, se apoyaba en mis muslos para cabalgarme aún mejor, el ruido de su vagina era fantástico, miraba como mi verga desparecía en su vagina caliente.
    
    L: Diana, uhm, muévete, ¡que rico!
    
    D: ¡Me encanta tenerte adentro, ah!
    
    L: ¡Si, toma, uhm!
    
    D: Así, ¡que verga más rica!!!
    
    Estábamos tan metidos cogiendo que no nos percatamos que el ruido había desparecido, ahora estábamos yo sentado en la cama y ella encima de mí abrazándome con sus ricas piernas y mientras la penetraba dándole ricos empujones, le mordía sus pezones y le daba unos besos de lengua.
    
    La acosté en la orilla de la cama y ...