1. Un castigo inmerecido (2/3)


    Fecha: 11/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: yanine10, Fuente: TodoRelatos

    ... los clips que aún agarraban los calientes e hinchados pezones de Diana.
    
    - “¿Estás lista para probar otra vez mi pequeña lengua.”
    
    - “¡AaaH!... No, no, por favor, no, no más... No puedo, por favor… No me toques con eso… Por favor, déjame en paz.”
    
    - “¡Shhh!... No malgastes tus fuerzas... Te dije que voy hacer que te corras y disfrutes hasta que no tengas fuerzas ni siquiera para llorar en la cima del éxtasis… Y luego, habrá dolor”, le dijo girando los clips para que Diana chillara y se lanzara contra las cuerdas.
    
    - “Dolor, que hará que esto que te estoy haciendo se sienta como si nada”, le dijo de nuevo cogiendo la pequeña ‘lengua de placer’ roja del suelo
    
    Jun Mei trazó la pequeña punta redondeada sobre las curvas sudorosas de los pechos de Diana antes de correr hacia los húmedos e hinchados labios del coño… La principal torturadora del jefe Isamu, sonrió mientras observaba a la inglesa luchando contra sus ataduras.
    
    - “¡Aaah!… ¡N-n-n-no, no, no!… ¡P-por favor!... ¡Aaah!”
    
    Diana jadeó y suplicó al sentir la pequeña ‘lengua de placer’ deslizándose suavemente entre sus labios vaginales... Sus palabras se interrumpieron en un grito de protesta sin aliento cuando la punta redondeada rápidamente volvió a acariciar debajo de la pequeña capucha de su clítoris.
    
    Jun Mei hizo una pausa, esperando a que Diana se relajara antes de volver a mover la ‘lengua de placer’, usando el pequeño bulbo de la punta contra su clítoris para que se retorciera y gritara demente ante las insoportables sensaciones creadas incluso por el más leve movimiento de la mano de su torturadora.
    
    Jun Mei, mientras jugaba con el cuerpo de la inglesa con una destreza diabólica, también escuchaba los gritos de la criada de Diana, que sus dos ayudantes le provocaban al usar sus delgadas cañas de bambú para azotarla en un frenesí de lujuria.
    
    Jun Mei dio una orden a los eunucos para que, de inmediato, aflojaran la cuerda que sostenía a la pobre criada Lupe, que empalada en el grueso falo de bronce, chillaba desconsoladamente moviéndose de arriba abajo en un intento de escapar de los duros azotes.
    
    Los gritos de su señora llenaron sus oídos cuando ambas mujeres se vieron obligadas a llegar al clímax a manos expertas de sus torturadoras… Fue sólo entonces cuando cesó la lluvia de golpes de los bastones que Lupe descubrió el nuevo horror al que se enfrentaba.
    
    Manteniéndose de puntillas una vez más, Lupe trató de recuperarse de los efectos de su orgasmo... Lentamente, su respiración se relajó y pudo soportar un poco la tensión en sus brazos.
    
    - “Mi Ama, ¿qué desea que golpeemos ahora?”
    
    Era la voz de Kioko la que sonó en su oído y Lupe sintió los dedos suaves y burlones de las dos chicas acariciando y tirando de las puntas de sus pechos pequeños y tiesos.
    
    Invisible en la penumbra de la entrada a las celdas, Isamu, el jefe de la Organización, observó cómo la joven criada mexicana gritaba y se retorcía en su estaca de metal.
    
    Luego, su mirada se movió hacia el ...
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