1. Con el desconocido en el bus


    Fecha: 10/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: LauraPaolaAcost, Fuente: CuentoRelatos

    ... veces mientras yo solo podía retorcerme de placer; yo tocaba su pene de vez en cuando, y lo sentía muy duro, tenía miedo de que él se corriera primero que yo.
    
    Empezó a besarme el cuello mientras tocaba mis tetas y les daba pequeños pellizcos; en este punto yo ya me encontraba al borde del placer. Me decía muchas cosas al oído, que al final se convirtieron en sonidos muy vagos cuando empecé a retorcerme sobre su cuerpo y a pedirle que me succionara más porque ya me estaba viniendo. Sentí como el fuego se apoderó de mi cuerpo, y él solo se limitaba a succionarme los pezones mientras me tapaba la boca con su mano, que por cierto tenía restos de semen y de mis jugos vaginales. Me retorcía más y más y él no paraba de succionarme, hasta que me dijo: “Vente para mí, mi amor” después dio una última succión a mis pezones y no aguanté más. Estallé en un inmenso orgasmo, que si no fuera por su mano en mi boca habría alertado a todo el mundo de la situación. Mis jugos corrían por su entrepierna, mojaban el asiento y también un poco su pene que como dije estaba junto a mi vagina.
    
    Entre jadeos, sudor y mucho cansancio, pude recuperar el aliento y sentarme nuevamente en su pene; pero esta vez para asegurarme de que él también tuviera su sesión de placer. Me senté bruscamente en su miembro y sentí como su dureza atravesaba mis paredes vaginales; lo que hizo que se me saliera un pequeño gemido que esperé que nadie escuchara; por suerte nadie se percató y seguimos con lo que queríamos terminar.
    
    Empecé a cabalgar ese bulto que sabía que solo mío (en ese momento), no paré con mi sube y baja hasta que él no se viniera, lo besé, le dije que era su putita, que me llenara de leche, le dije muchas cosas… él besaba mis ya cansados y muy babeados pezones, los tocaba y besaba una y otra vez. Yo seguía diciendo cosas, que esperaba que lo excitaran más. Subía y bajaba por su miembro duro, le movía mis tetas en su cara y repetía una y otra vez que eran todas suyas y que amaba su forma de llevarme al orgasmo.
    
    Después de unos instantes sentí como jadeaba y se movía casi perdiendo el control de su cuerpo. Me limité a moverme más y más rápido, sin perder el ritmo que le gustaba; de pronto me tomó de las caderas y me dejó completamente quieta para llenarme con su leche caliente y dispuesta solo para mi vagina. Cuando acabó de llenarme, me bajó de sus piernas y me pidió que lo limpiara de todos nuestros jugos.
    
    Me agaché sobre el piso del bus, abrí mi boca y utilicé mis manos para tomar su flácido miembro que recién había estado en mi interior. Lo masajeé un poco y empecé a pasarle la lengua, lo chupé y succioné tal como él había hecho con mis pezones; lo limpié muy bien mientras él tocaba mi cabello y movía mi cabeza adelante y atrás. Me retiró de su miembro diciendo que podía levantarse nuevo y ya casi llegábamos a nuestro destino. Yo solo sonreí, me levanté y pasé a vestirme. Él escondió su miembro dentro del pantalón, se puso su chaqueta y acomodó las sillas del ...