1. Con el desconocido en el bus


    Fecha: 10/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: LauraPaolaAcost, Fuente: CuentoRelatos

    ... le doy importancia a esas cosas. Yo abrí las piernas lo más que pude dentro del pequeño espacio de dos asientos, él se acomodó en la mitad de ellos y yo encima de él. Acomodó mi cuerpo sigilosamente para que mi hueco quedara justo encima de su pene, me mojó un poco más y procedió con el acto. Puso sus manos en mis caderas, mientras yo bajaba lentamente sobre su pene, sentí como ese trozo de carne se introdujo lentamente en mi vagina; estaba caliente y muy mojado de semen; llegó hasta el fondo y empezó el mete y saca, su miembro estaba erecto ya que yo le había proporcionado placer mediante una paja y por supuesto mi cuerpo.
    
    De pronto, cuando nos encontrábamos en el acto, el bus paró porque una mujer tenía que bajarse. Rápidamente adoptamos posiciones para que no nos descubrieran, yo miré hacia la ventana y él se hizo el dormido. La mujer bajó y el conductor siguió el trayecto, pero con un pequeño inconveniente para nosotros, y es que no apagó las luces. El hombre y yo quedamos desconcertados, ya que sabíamos cómo continuar, yo estaba cabalgando esa verga y no podía permitir dejar mi trabajo a medias.
    
    Después de unos minutos, y cuando ya nos encontrábamos más cerca a otro pueblo, un joven con una chica (creo que era su novia) se bajaron del bus. En este caso, el conductor apagó nuevamente las luces, y para nuestro alivio, el bus quedó solo con 4 pasajeros, nosotros dos y una señora con su hijo pequeño. Debo admitir que no me siento orgullosa de tener sexo con personas alrededor y menos cuando se trata de niños, pero en casos como estos debo hacer excepciones para complacer mis deseos.
    
    Viendo que teníamos nuevamente el camino libre, aquel hombre no dudó en que continuáramos con nuestro acto, pero esta vez lo haríamos todo más rápido. Él optó por inclinar ambos asientos hacia atrás para que estuviéramos más cómodos. Se acostó en el asiento y me dijo que ahora yo estaría frente a él, viéndolo a los ojos porque quería ver mi estado de placer durante el acto de “succión”; yo estaba fascinada porque era lo que yo más quería. Me moría por llegar a un orgasmo de esta manera.
    
    Me senté en sus piernas, mirándolo fijamente mientras él me sentaba junto a su pene (ya que la idea de la succión, es que ese sea el único factor que me lleve al orgasmo) para que no lo introdujera, pero si lo tocara de vez en cuando. Me quitó el brasier y bajó las tiras de mi blusa; tocó mis tetas, una con cada mano y me dijo: “Son tan grandes que no las puedo abarcar con una sola mano, son las tetas más grandes que he comido en el transporte público” Eso me excitó muchísimo, porque así como él, yo tampoco había experimentado lo que estábamos viviendo.
    
    Pasó de tocarlas a besarlas lentamente, hacía círculos con la lengua alrededor de mis pezones, las besaba y succionaba una y otra vez; su lengua era juguetona y sus manos no se quedaban quietas ni por un momento; noté que quería tocarme la vagina pero se contuvo, para darme placer solo en mis tetas. Me succionó varias ...