1. Escapada a la montaña con mi madre (VI)


    Fecha: 10/09/2024, Categorías: Incesto Autor: Edipo14_, Fuente: CuentoRelatos

    ... nosotros, simplemente nos estamos divirtiendo no tengas remordimiento.
    
    -Ese es el problema hijo, demasiada diversión es peligrosa -mi madre claramente tenía el miedo de que acabáramos follando, lo cual a este paso era cuestión de tiempo-.
    
    -Bueno de momento con este juego me he divertido mucho mamá, supongo que estamos en paz, ¿no? Jajajaja.
    
    Eso creo sí jajaja. En ese caso hagamos una tregua -dijo mientras me tendía la mano con la que se había masturbado, la cual estaba llena de su corrida-
    
    -¡Tregua pues! -le dije yo dándole un apretón con mi mano llena semen mientras ambos reíamos-
    
    La mañana pasó y llego la tarde sin ningún acontecimiento a destacar salvo algún beso cuando nos cruzábamos o algún chiste algo subido de todo, lo cual a estas alturas ya era algo prácticamente cotidiano de la convivencia. A eso de las 5 de la tarde nos pusimos a tomar el sol, yo en un bañador normal y corriente y ella con el mismo bikini que llevaba por la mañana, el cual hacía que sus tetas se vieran de lo más jugosas y apetecibles, más que de costumbre quiero decir. Junto a la piscina teníamos varias tumbonas y hamacas, por lo que los dos estábamos acostados simplemente disfrutando del sol y de la calma de la montaña.
    
    -Oye Iván cielo, ¿te importaría echarme algo de aceite bronceador por la espalda?
    
    -No claro mamá, ¿dónde está?
    
    -Creo que lo metí en mi maleta de mano, está en el baño de abajo.
    
    -Vale voy a ver.
    
    Y así hice, fui al baño y ahí estaba la maleta. Me puse a rebuscar entre una gran cantidad de cremas que mi madre había traído cuando por fin encontré el aceite. Lo curioso fue darme cuenta que en el bote no ponía aceite bronceador, sino que ponía aceite lubricante. Mi madre nunca ha visto bien de cerca, por lo que pensé que seguramente se habría equivocado al comprarlo, ya que no era la primera vez que le pasaba algo así. Igualmente me puse a mirar toda la maleta para estar seguro de que no había realmente un bronceador, y sorprendentemente sí que lo había. Pero la verdadera sorpresa no fue esa, sino encontrarme en un doble fondo de la maleta nada más y nada menos que, ¡un dildo! Era un clásico pene de goma, sin vibración ni nada, con ventosa en los huevos y un montón de venas. Tenía un diámetro parecido al mío pero mucho más largo obviamente, sin duda un señor consolador. Ahora todo tenía sentido, ese lubricante no había sido comprado por error. De nuevo descubría una faceta de mi madre cada vez más atrevida, no paraba de sorprenderme. Así que nuevamente la oportunidad de jugar un poco con mi madre se presentaba ante mis ojos, por lo que decidí guardarme el dildo como bien pude en el bañador, coger sólo el aceite lubricante y volver a la piscina.
    
    -Ay hijo mucho has tardado, ¿lo has encontrado?
    
    -No mamá, sólo he encontrado este -le dije enseñándole en bote de lubricante-.
    
    -Ah no, ese... Verás... -de nuevo mi madre se ponía roja de vergüenza-
    
    -Este pone que es lubricante, seguramente irías a comprar sin gafas y como ...
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