1. Anoche me has volado la cabeza


    Fecha: 09/09/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Insomne, Fuente: CuentoRelatos

    ... pura. Verte así es uno de mis mayores placeres que me eleva a otro nivel, ambos caímos en un éxtasis salvaje, empujados por el libido cogí tu cabellera, follé tu boca una y otra vez, te observé cómo me dejabas hacerlo disfrutando también la vibración en tu culo que seguía ininterrumpida.
    
    Cuando me detuve me empujaste para que me recueste contra el respaldo de la cama, corriste mis piernas del camino y te inclinaste para continuar. Tus nalgas en el horizonte que descendían a tu cintura, coronado por tu cabello negro sobre mi vientre es el panorama de mis fantasías más profundas. Apartaste tu cabello, te dispusiste a saborear toda mi extensión, jugueteaste nuevamente con mis huevos mientras mi falo se apoyaba sobre tu hermoso rostro, una imagen que no deja de aparecer aquí en la oscuridad para arrancarme de mi sueño. Entre tersos besos y suaves lamidas incluías hondas incursiones a tus fauces, me arrancabas intensos gemidos de placer, volví a decirte cuanto me ponías, cuánto te deseaba y cuánto echaba de menos nuestras incomparables folladas.
    
    Antes de llegar al punto sin retorno te detuve, te sostuve en tu postura, me posicioné detrás tuyo y sin vacilar te penetré con fuerza. Sentí entonces yo también el poderoso sacudir del juguete que continuaba en tu interior y esparcía sus ondas dentro de ti. Enredé tu cabello entre mis dedos, te jalé buscando llegar más profundo cómo si mis embestidas no fueran suficientes. El sonido húmedo, tus jadeos y la excitación acumulada me obligaron a poner toda mi voluntad para prolongar el acto. Exploté primero en palabras descuidadas y sin poesía
    
    ─Me voy a correr bien adentro tuyo.
    
    ─Voy a venirme en ti.
    
    ─¡Te voy a llenar de leche ahora mismo!
    
    Tú sólo respondiste con sonidos ininteligibles y de repente pude sentir tu coño contrayéndose que me aprisiona en ti obligándome a liberar la lujuria contenida.
    
    Nos retorcimos y enredamos soltando nuestros últimos jadeos, sentía la humedad envolvente que comenzaba a escapar de ti. Finalmente, cuando nuestra vos enmudeció nos tumbamos a un lado, te abracé por la espalda, besé tu cuello como suelo hacer y nos quedamos juntos hasta que la penumbra se apoderó de nosotros.
    
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    Noto entonces que mientras recuerdo esta escena y la narro para ti mis manos trataron de simular nuevamente las sensaciones. No sé en que momento mi bóxer fue a parar a un lado, o cuando mi erección pasó de un estado sólido a un líquido sobre mi vientre, ni cuando fue que tu pierna cruzó sobre la mía cuando te acomodaste para seguir durmiendo pegada a mí. Sólo sé que tú eres la culpable de mis noches de insomnio y anoche cómo ahora, me has volado la cabeza. 
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