1. El viejo del parque.


    Fecha: 07/09/2024, Categorías: Gays Autor: Danisampedro91, Fuente: SexoSinTabues30

    ... sonrosado. Supo que ahora sí, que ahora si yo había vuelto era porque seguramente me había excitado y puesto cachondo el ver aquella enorme e hinchada verga que él, descaradamente mostraba exhibiéndose a ingenuos que como yo entrabamos en aquellos aseos públicos, el cabrón sabía que ahora yo había vuelto por él.
    
    Vio como yo, sonrojado lo miraba muriéndome por tocar aquella enorme verga. El corazón me latía como si se fuera a desbocar, tenía esa sensación extraña que recorría todo mi cuerpo, las piernas me empezaban a temblar, estaba deseando abalanzarme sobre aquella enorme polla que hipnotizado no dejaba de mirar. Era incapaz de dar un paso más, ahora que volvía a estar delante de aquel viejo que sin inmutarse me mostraba su erecta polla y aquellos enormes huevos, no sabía que hacer, estaba demasiado nervioso. Mi polla estaba que me reventaba, a cada paso me encontraba más y más cachondo. Sabía que seguramente el viejo ya se había dado cuenta de que había vuelto por él, la visión de aquella enorme polla me había hipnotizado.
    
    El viejo, sabiendo por lo que yo había vuelto viendo mi nerviosismo e indecisión me dijo:
    
    Ven, decía moviendo la cabeza para que me acercara, acariciándose la verga a todo lo largo, ven, tócala ya verás cómo te va a gustar, insistía viendo como yo lo miraba y como brillaban de lujuria y lascivia mis brillantes ojos.
    
    Muerto de nervios y con las piernas temblándome, me fui acercando hasta que estuve frente a él. No podía dejar de mirar aquella enorme polla, pasaba mi lengua por los resecos y calientes labios, deseando tocar con mi mano aquella tiesa y dura verga que completamente erecta se erguía mirando al techo.
    
    El viejo al tenerme frente a él llevó su mano a mi brazo y a la vez que me decía si me gustaba, fue llevando mi mano hacia su polla para que la agarrara y empezase a acariciar.
    
    Yo que seguía nervioso a más no poder, le contesté moviendo la cabeza que sí, que sí me gustaba. Dejando que llevase mi mano a aquella enorme verga que yo no podía dejar de contemplar, empecé a acariciarla.
    
    ¡Dios que sensación! Una corriente sacudió todo mi cuerpo cuando por fin acaricié con mi temblorosa mano aquella polla. La notaba caliente y dura, tenía una piel suave y muy agradable al tacto. Traté de agarrar toda la verga con mi mano, pudiendo comprobar lo dura e hinchada que la tenía. Por supuesto que era mucho más gorda y larga que la mía. Torpemente empecé a deslizar mi mano a todo lo largo de aquella enorme polla, sin poder dejar de mirarla. Dios que sensación más placentera sentía, sin poder resistirme, llevé mi otra mano a sus enormes huevos, empezando a acariciarlos y jugar con mi mano a la vez que los iba palpando.
    
    El viejo al ver que ya me tenía acariciando su erecta y dura verga, mientras acariciaba mi cara con su mano, dejaba que yo fuese tocando y acariciando con mis manos su hinchado y duro miembro.
    
    ¿Te gusta? Me preguntaba.
    
    Sí, contestaba yo moviendo la cabeza en señal de afirmación.
    
    Siií, ...
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