1. El viejo del parque.


    Fecha: 07/09/2024, Categorías: Gays Autor: Danisampedro91, Fuente: SexoSinTabues30

    ... Para mí de aquellas aquel hombre que tenía delante mía era un viejo, pero justo sería decir que muy probablemente estaría sobre los 40 y tantos o los 50 años, cosa que para mí y para muchos adolescentes, cualquiera que anduviera por esa edad, ya eran viejos, así los veíamos y seguramente ahora nos verán a nosotros los adolescentes.
    
    No solo me parecía una enorme polla, la que mostraba sin inmutarse el viejo aquel, pues la misma erguía dura y tiesa como el mástil de un velero, la cabrona se erguía totalmente erecta mirando al techo y además se le podían ver unos enormes huevos, el muy cabrón estoy seguro de que no llevaba calzoncillos o que, si los llevaba, estos debían tener el elástico de estos por debajo de los huevos, ayudando así a que aquella enorme verga se mostrase como se mostraba, tiesa y erguida mirando al techo.
    
    Yo al ver aquella enorme polla, recuerdo que quedé paralizado, no me esperaba encontrar con aquello. No sabía que hacer ni donde meterme. En aquellos aseos públicos, solamente había un retrete el cual quedaba a mi mano izquierda, de frente 2 urinarios donde en uno de ellos estaba aquel viejo que nada más escucharme entrar se había girado mostrándome todos sus genitales, y a la derecha quedaba un lavabo y una puerta donde se guardaban los útiles de limpieza. Yo estaba hipnotizado, no podía apartar la vista de aquel enorme miembro. Yo veía una enorme polla y unos enormes huevos, aquello al lado de mi polla que mide y medía unos 13 o 14 centímetros, me parecía enorme, así me pareció en aquellos momentos, hoy calculo que muy probablemente le mediría entre unos 16 o 17 centímetros, realmente no lo sé, pero seguramente andaría rondando los 17 centímetros. El caso es que yo veía aquello enorme.
    
    El viejo al verme, sin quitarme la vista de encima, se mostraba exhibiéndose a la vez que acariciaba aquella enorme verga. El muy cabrón me estaba invitando para que me acercara. Vio como me había quedado paralizado, como no le quitaba la vista a su enorme polla y el cabronazo se acariciaba mirándome, tentándome para que me acercara a él.
    
    No sé cómo reaccioné, pero al momento me metí en el único retrete que había en aquellos aseos públicos, y mientras trataba de cerrar la puerta totalmente sofocado y temblándome todo el cuerpo, cerré como pude la puerta.
    
    Dios, estaba que me ardía todo el cuerpo, las piernas me temblaban y apenas era capaz de sacarme la polla para mear. Cada vez me estaba poniendo más cachondo, no podía apartar aquella visión de la enorme polla del viejo, hasta pensaba en que en cualquier momento se abriría la puerta del retrete y entraría el viejo para follarme allí mismo. Con esos pensamientos, como buenamente pude, terminé de mear, me había costado trabajo, pues mi pobre polla cada vez se me ponía más dura, pero yo sabía que tenía que salir pronto de allí, pues estaba con el perro y no podía dejarlo solo.
    
    Así que terminé de mear, temblándome las manos, abrí sigilosamente la puerta del retrete, y nada más ...
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