Deseando a la jefa - Relatos Eróticos

Deseando a la jefa

... parecía nos íbamos a ahogar de como la movíamos y lo profundo que nos la metimos, yo le agarraba las nalgas y se las apretaba, ella me rodeo el cuello con sus brazos y se aferraba a mi para no dejar de besarnos, deje una mano metida entre sus nalgas donde comencé a acariciar su ano, ella soltó un gemido de placer y con la otra comencé a recorrer, acariciar y apretar su espalda, sentía la presión de su vagina sobre mi pantalón y sentía como su vagina estaba humedeciéndose a chorros, porque sentía el pantalón mojado, al tiempo que ella debía sentir los latidos de mi pene, porque apenas dejó de besarme para decirme, "que rico late tu bestia, espero sentirla así de rico dentro de mí", aproveche ese momento para con un brazo rodear su cintura y con el otro agarrarle una teta, a la que baje mi cara chupársela, le apretaba la teta, con mis labios le apretaba el pezón mientras lo frotaba con mi lengua, “ohh si Rafa que rica lengua tienes, chúpamelas así, más duro, más duro, muérdeme las tetas, que rico, si asii, ohhh si así así, y como usas tus manos, apriétame las nalgas, dame duro” luego baje mi mano de su ano y pude llegar a su vagina, así que comencé a frotársela, acaricie un poco su clítoris pero por la posición se me hizo más fácil frotar sus labios vaginales, sintiendo como mis dedos se mojaron de sus fluidos, los lleve a mi boca para que me viera chuparlos y saciarme de su sabor de hembra en celo, seguí chupándole las tetas y mordiendo sus pezones que dé a ratos los chupaba como queriendo sacarles leche, regrese mi mano a su vagina y le metí de una vez 2 dedos para cogérmela con ellos, una vez dentro empecé a moverlos en forma circular de forma que hicieran contacto con sus paredes vaginales “que rica la tienes, estas toda húmeda y caliente, como una perra en celo, no sabes cuanto tiempo tenía con ganas de culiarte y hacerte mía, mi puta, que rica estas”, metí y saque mis dedos varias veces con fuerza y rápidamente como si quisiera meterle toda la mano, la folle con mis dedos hasta encontrar esa divina zona acanalada y rugosa, su punto G, una vez encontrado me enfoque en frotárselo frenéticamente, ella comenzó a moverse como si cabalgara sobre mi mano, tomo mi rostro y chupo mi labio inferior, empezó a arquear su espalda sentí otra vez mojarse mi pantalón, me mordió el labio, al tiempo que se estremeció y lanzó otro excitante y rico gemido “ooooohhhhh si así que ricooooo, me haces venir ahhhh”, era otro chorro de fluido vaginal que había salido de su rica vagina.

En eso se levantó y dijo hace mucho calor ya vuelvo, y contoneando sus espectaculares caderas y rico culo se dirigió al baño, cuando escuche el ruido de la regadera, me levante, me quite la ropa y me fui al baño, estaba con sus manos apoyada en la pared y el agua caía sobre su espalda, que la tenía arqueada, dejando ver su ano y su vagina, invitándome a tomarlos como si se tratara de clavar la bandera de un explorador en un nuevo territorio, entre a la ducha, al verme note en su ...