1. Con mi ex en su casamiento


    Fecha: 26/09/2019, Categorías: Infidelidad Autor: DAMECANDELA, Fuente: CuentoRelatos

    ... casamiento. Sentí que estaba muy linda, pero lo suficientemente simple para que no pareciera que me había esforzado en llamarle la atención.
    
    No quería llegar sola a la iglesia, por lo que le pedí a Juan, un “amigo” con el que cogíamos cada tanto, que me acompañara. Me pasó a buscar en su auto y llegamos a la iglesia cinco minutos antes de que arrancara la ceremonia. Busqué con la mirada a mis amigos y con mi acompañante fuimos rápidamente a sentarnos cerca de ellos.
    
    Lo vi a Pedro en el altar, radiante. Con un traje negro que le quedaba pintado y un moño gris perla. Poco después apareció Florencia por la puerta y comenzó a avanzar por el pasillo de la iglesia, mientras sonaba la clásica marcha nupcial. Su vestido era un sueño y ella estaba preciosa. Detestaba que fuera tan linda y que me cayera tan bien. Quería que fuera una bruja y odiarla, pero era una mujer que en otras circunstancias podría haber sido mi amiga.
    
    Se me debía notar en la cara que estaba nerviosa, porque Juan me agarró la mano y la apretó suavemente, haciéndome un gesto para tranquilizarme. Él estaba al tanto de la situación y sabía que era muy importante para mí estar ahí, por lo que agradecí haberle pedido que me acompañara.
    
    Al saludar a los novios y abrazar a Pedro, noté que olió muy sutilmente mi cuello y al separarnos me sonrió con picardía.
    
    –Gracias por venir –dijo.
    
    –No me perdería jamás una fiesta gratis. –le guiñé un ojo amistosamente y salí a la vereda junto con el resto de los invitados.
    
    Volvimos al auto y nos dirigimos hacia el salón, que no era muy lejos. No pudimos hablar mucho del tema con Juan, ya que llevábamos a otras tres personas en los asientos de atrás. Iban charlando despreocupadamente de la ceremonia y de la comida que deseaban que hubiera al llegar a la fiesta, mientras yo trataba de disolver el nudo de mi garganta.
    
    Al llegar al salón ya había bajado mi ansiedad y estaba decidida a disfrutar de la noche. No voy a mentir, los tragos ayudaron y también la buena compañía. Mis amigos y Juan estaban pasando un gran momento, y era imposible no sentirse bien en medio de aquella gente. Por momentos miraba a Pedro y su mujer y me sorprendía darme cuenta de que genuinamente me alegraba por ellos. Quizás eso sea en el fondo querer a alguien.
    
    Las horas siguientes fueron diversión pura: alcohol, baile, comida, risas.
    
    Ya eran las 4 am y yo estaba en mi mejor momento. Tenía el nivel justo de ebriedad: lo suficiente para estar divertida y desinhibida, pero no tanto como para perder el control. Me dirigí al baño. Justo salía la única chica que estaba adentro. Entré a uno de los cubículos, hice pis, me acomodé la ropa y salí. Me lavé las manos y me paré frente al espejo gigante que había allí. Acomodé mi vestido, verifiqué que mi maquillaje estuviera relativamente prolijo y me peiné un poco con los dedos. Todavía me veía linda. Al pasar la mano por mi cabello, sentí un tirón. Miré mi espalda y vi que tenía un mechón enganchado en el cierre ...
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