Solos en Vacaciones, Con dos Chilenos
Fecha: 05/09/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: Victoria Maria, Fuente: TodoRelatos
... por cierto.
El chico estaba muy guapo y muy simpático al hablar, por eso acepté su conversación, pero era el otro extremo…, mucho bla bla y daba muchas vueltas.
Mientras él me decía quien sabe que cosa…, yo seguía mirando para todos lados y en varias ocasiones crucé mirada con dos tipos que estaban en el otro extremo de la barra. Las miradas eran insistentes y acompañadas por sonrisas, finalmente uno de ellos levantó su copa a modo de saludarme y yo le respondí de la misma manera.
Ya era tiempo de despachar al chico que tenía a mi lado, el que seguía hablándome sin darse cuenta que no le estaba prestando atención.
Me disculpé con él y le pedí que me dejara sola, argumentando que iba a llegar la persona que estaba esperando.
Ni bien se fue, levanté la vista y volví a mirar a los tipos con los que había estado coqueteando, nuevamente les sonreí como diciéndoles, vengan…, ya estoy sola.
Inmediatamente se levantaron y con sus copas en la mano vinieron a donde yo estaba.
Uno ocupó el lugar del chico que se acababa de ir y el otro se quedó parado junto a mi. Eran cuarentones, muy atractivos e imponentes…, lo que más resaltaba en ellos era su altura, parecían jugadores de Basket.
Cuando comenzaron a hablar, me di cuenta que eran extranjeros.
Les pregunté de donde venían y que hacían en Buenos Aires.
Me contaron que eran chilenos, viticultores, que acababan de abrir un negocio en la provincia de Mendoza y que habían venido a Buenos Aires solo por tres días y esa era su última noche en la Capital.
Y cómo llegaron a este lugar ¿?, les pregunté, refiriéndome al Bar.
El que estaba parado fue el primero en responder, luego el otro acotó algo más y así sucesivamente, entre los dos comenzaron a explayarse…
* Estábamos cenando en el hotel, pensando que podíamos hacer en nuestra última noche en Buenos Aires.
* Mañana temprano nos vamos…
* Desde que llegamos todo ha sido, trabajo, trabajo y más trabajo.
* Queríamos distraernos y hacer algo diferente.
* Le preguntamos a uno de los meseros, a donde podíamos ir a pasarla bien.
* Y a conocer mujeres.
* Y bueno…, nos recomendó este lugar.
Los dos hablaban prácticamente al mismo tiempo, mi cabeza giraba hacia arriba para ver al que estaba de pié y luego hacia un lado para ver al que estaba sentado.
Yo estaba embelezada con ellos, ese acento tan dulce que tienen los chilenos me tenía embobada. Finalmente los interrumpí…
A si…, y que opinan ¿?...
Del lugar o de las mujeres ¿?, me contestó pícaramente el que estaba sentado y los dos comenzaron a reírse.
No sé, dime tu…, le dije imitándolo en su manera de hablar y dándole pie a que siguiera.
Viendo mi predisposición y dándose cuenta que se me caía la baba con tan solo escucharlos…, siguió hablando.
En medio de la conversación, me agarró la mano y tocándome el anillo me dijo…
¡Por lo que veo estás casada!...
Así es…, lo mismo que ustedes le respondí, ya que ambos traían su alianza.
Cuando ...