Novia lechera - Relatos Eróticos

Novia lechera

... momento para hacer el amor. Lo mismo daba estar en su despacho o en su coche aparcado en el parking.

El tiene un cuerpo muy musculado y fibrado por practicar ciclismo y tenis, así como salir a correr por los alrededores de su casa. Tiene el pelo muy negro así como sus ojos que son negros como una noche sin luna y su piel es bronceada por el ejercicio al aire libre.

Tenía la costumbre de estar succionando mis pechos mientras me penetraba, así como en los juegos preliminares. Siempre seguía esa rutina hasta que llegábamos al orgasmo. Me sentía muy satisfecha al sentir sus estremecimientos al llegar al orgasmo y como apretaba mis pechos al correrse. Solíamos tener relaciones a diario e incluso algunos días varias veces.

Al poco tiempo noté mi sujetador mojado en la parte que coincidía con mis pezones y cuando me acaricié los pechos pude notar cómo segregaban leche, salían algunas gotas pero no era lógico que sin estar embarazada ni hubiera tenido un bebé pudiera estar lactando. Cuando se lo dije a mi marido, me contestó que podía deberse a la insistencia en succionar las tetas o como efecto secundario a los anticonceptivos, no tenía mucha leche, pero no era lógico ni normal el estar lactando. Cuando hice mi visita rutinaria al ginecólogo, me comentó que no era normal, pero que no implicaba ningún riesgo para mi salud y que dejaría de tener leche de forma gradual cuando se me estabilizaran las hormonas, dejara de tomar las pastillas anticonceptivas y dejara de sobre estimular mis pechos, ya que se notaban más desarrollados de lo normal en una mujer que no había tenido hijos.

Cuando llegué a casa se lo dije a mi marido y me contestó que si no implicaba ningún riesgo para mi salud, prefería que siguiera teniendo leche, que le excitaba mucho ver mis pechos goteando y sentir la leche en su boca al chupar mis pezones.

Mis tetas habían aumentado mucho en volumen y consistencia haciendo que tuviera que cambiar mis sujetadores por varias tallas más grandes haciéndome sentir más sexy y admirada por los hombres que se cruzaban conmigo por la calle. El único inconveniente era que mojaba la ropa, dejando manchas húmedas en la parte de mis pezones y eso era muy incomodo, pero que pude solucionar utilizando paños empapadores por dentro del sujetador.

Mi novio estaba muy contento y al estar siempre juntos en el trabajo, me podía desocupar los pechos ordeñando o mamando, que era como más le gustaba.

Luis se sentía muy feliz y como trabajábamos juntos, todos los días me sacaba la leche de las tetas cuando estas se sentían muy llenas y me incomodaban.

Una vez en un cine, viendo una película, me abrió el vestido y bajando la copa del sujetador, sacó mi pecho derecho, se puso a mamar como un bebé, sin importarle que pudieran vernos. Me lo estuvo mamado hasta terminar con toda mi leche. A mí eso me puso a cien y más aún cuando comprobé que el vecino de mi izquierda se estaba masturbando sin perder detalle de mi amamantamiento. Con el codo indiqué ...