Novia lechera - Relatos Eróticos

Novia lechera

Historia de Loli

Me presento. Me llamo Loli y esto que paso a contar pasó cuando tenía 29 años y aún éramos novios, mi actual marido y yo. Él se llama Luis y es un hombre maravilloso, que siempre me ha dado mucho placer.

Durante aquel tiempo ya hacía meses que salíamos y teníamos completa confianza el uno en el otro, manteniendo una relación muy estable, a la espera de casarnos, aunque siempre le gustó verme en brazos de algún amigo suyo, con la consiguiente excitación que eso le proporcionaba. Siempre le gustaba probar cosas nuevas y era muy aficionado a atarme y someterme a pequeñas torturas delante de sus amistades.

Tengo un cuerpo normalito y pesaba 65 Kilos, con una estatura de 1,72 m. Mi piel es blanca aunque suelo broncearme muy seguido tomando el sol.

Mi cabello es castaño, aunque suelo lucir mechas rubias y mis pechos son grandes, aunque por entonces no lo eran tanto como en la actualidad. Luzco unos pezones oscuritos de areolas del tamaño de galletas y terminados en un pezón gordo y muy sensible.

Por aquel entonces no utilizábamos preservativos, dejando la prevención a tomar píldoras anticonceptivas, por la mayor sensación y placer al hacerlo sin nada que disminuyera nuestro goce, puesto que las sensaciones sin él eran mucho más placenteras.

Luis me hacía tomar una píldoras que aumentaban mucho mi excitación y me dejaban las partes erógenas muy sensibles, él me indicaba cuando tomarlas y en qué proporción debía hacerlo.

Nuestra rutina sexual hizo un cambio radical cuando mi novio me colocó de secretaria en la empresa que dirigía, por lo que estábamos mucho más tiempo juntos y nuestra rutina sexual cambio ya que así podíamos vernos a diario, en vez de sólo los fines de semana, pues no teníamos que esperar a disponer de la casa de nuestros padres, aunque también lo hacíamos los fines de semana que quedábamos solos en casa y así teníamos relaciones más a menudo. Con este tipo de anticonceptivos siempre estaba caliente y deseosa de hacer el amor a todas horas.

En nuestra rutina empezaba besando mis labios, para ir descendiendo por mi cuello hasta apoderarse de mis pechos después de abrir mi camisa y bajar mi sujetador. Mis pechos habían crecido sin encontrar una explicación lógica desde que empecé a tomar el anticonceptivo y tanto mi novio como yo, estábamos encantados con este cambio , ya que empezó a aficionarse a mamar y succionar mis sensibles pezones mucho rato, con la consiguiente excitación que ese hecho me producía. Mis pechos cada vez se sentían más duros e hinchados, dando la sensación de que estaba embarazada. Mientras, sin dejar de mamar, iba introduciendo dos dedos en mi vagina y me masturbaba frotando el clítoris durante mucho tiempo. A continuación pasaba a lamer y chupar mi vagina, provocando otro orgasmo con su sexo oral. Siempre terminaba penetrándome con fuerza agarrando entre sus manos mis pechos y pasando a succionar alternativamente uno y otro. Siempre estábamos excitados y buscábamos cualquier ...