1. Desvirgué a mi Cuñadita


    Fecha: 30/08/2024, Categorías: Incesto Autor: dragon2017, Fuente: TodoRelatos

    ... tetas de jovencita, totalmente firmes, paradas, con unos pezones bien erectos, los cuales empecé a besar y succionar sin pensarlo, arrancando de ella tremendos gemidos de excitación que no se esforzaba en callar, a pesar de estar en el jardín de la casa, habiendo más casas alrededor y con riesgo de ser escuchados. Aunque usualmente aquí nadie se mete en la vida de los vecinos y se respeta la privacidad, pues las bardas que separan las casas son algo altas. No sé si alguien atraído por los gemidos de ella, nos habrá espiado y observado lo que sucedió en esa piscina esa tarde.
    
    Continuamos besándonos como locos, mientras nuestros cuerpos se frotaban uno contra otro ardiendo de deseo, yo me daba un banquete con esas deliciosas tetas y mis manos acariciaban el resto de su cuerpo firme y duro, su cintura, sus nalgas, llegando hasta su entrepierna por encima de su bikinito. Ya para entonces mi verga estaba al tope, durísima, gruesa y lista para invadir aquel cuerpo delicioso. En ese momento yo no estaba enterado de que ella aún era virgen, y mucho menos teniendo ese cuerpazo de locura, pues quien se imaginaria que algún novio afortunado iba dejarla escapar a esas alturas.
    
    Seguí besándola más para excitarla y prepararla bien. Le besaba su cuello, pasaba a sus pechos firmes, duros, besando y succionando fuerte sus pezones, arrancándole gemidos de placer mientras inconscientemente ella empezaba a menear sus caderas contra mí. De pronto, ella me bajo el short en forma torpe y desesperada, saltando mi verga durísima entre sus manitas. Ella al sentirla, empezó a agarrarla entre sus manos, con poca maestría, tratando de frotarla, haciéndome sentir la gloria. Era una situación exageradamente excitante, más por el morbo de la situación familiar y el estar afuera en el jardín. Estábamos totalmente fuera de nuestras conciencias, sin darnos cuenta realmente de lo que estábamos a punto de hacer.
    
    Ya desesperado, le deshice los pequeños nudos de los lados del calzoncito, dejando que se lo llevara el agua, quedando totalmente desnuda, pegada a mi cuerpo, cosa que nos hizo gemir profundamente al hacer contacto total su concha depilada con mi verga erecta, mirándome ella con su cara muy cerca de la mía, con su mirada totalmente perdida y vidriosa, gimiendo. Por instinto, ella empezó a frotarse contra mi cuerpo, meneándose riquísimo y apretando tanto sus nalgas que se le ponían más duras de lo que las tiene, mientras yo se las sujetaba con ambas manos.
    
    Así abrazados, la lleve hacia una de las orillas de la piscina, poniéndola recargada de espaldas a la orilla, con sus codos apoyados en el borde. Le levante un poco las piernotas con mis brazos, para colocarme bien entre sus carnosos muslos y coloque la punta de mi verga justo entre sus pétalos, sintiendo el calor que emanaba su deliciosa concha, a pesar de estar metidos en el agua fresca. Era evidente la enorme lubricación que ambos estábamos produciendo.
    
    En ese momento acomode bien sus piernas en mis ...
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