1. En algún lugar cerca de Iquique. – Cuarta Parte.


    Fecha: 27/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... enterré mi verga en lo profundo de su conchita. Esteban se había sentado en el diván y nos observaba follar. Su vientre estaba bañado de jugos y semen que le escurría por sus muslos y después sobre mí. Ella chillaba y chillaba, yo trataba de no hacerlo tan violentamente, pensaba de hacerlo en la forma en que lo hacía Esteban, pero era ella que no se podía contener, estaba demasiado cerca de tener otro poderoso orgasmo, era como una locomotora sin control que se desplazaba a toda maquina por la pendiente de la montaña, ya nada ni nadie le impediría de alcanzar su clímax. No pasaron ni cinco minutos y Sandra comenzó con entrecortados y estridentes grititos, escondió su cabeza en mi cuello y convulsionó en oleadas orgásmicas espasmódicas sin ningún control, entonces hice como Esteban, tome sus caderas y seguí follándola vigorosamente sin descanso.
    
    Esta vez me tomo bastante más tiempo correrme y saqué mi verga justo antes para frotarla en sus glúteos y empapar su espalda a chorros, estaba extasiado eyaculando en sus nalgas cuando sentí que algo más caía sobre ella desde otra dirección, era la verga de Esteban que explotaba en su brazo, cabello y hombro. Todo termino y los tres nos quedamos exhaustos sobre el sillón.
    
    —¡Jesús! … ¡Nunca me habían cogido así antes! …
    
    Sandra fue la primera en hablar.
    
    —Es una pena que me tenga que ir hoy mismo, me hubiera gustado tener un bis … pero no puedo quedarme … mi novia me haría un escándalo gigantesco …
    
    —¿Por qué … es muy celosa? … ¿Lo hace ella también con los hombres? …
    
    Quiso saber Esteban.
    
    —¿Ella? … ¡No! … ella es una lesbiana pura y no necesita un hombre … yo soy diferente a ella y de vez en cuando lo hago con hombres … pero ella no necesita saber esto …
    
    Dijo Sandra riendo coquetamente, luego agregó:
    
    —Y por favor … necesito que ustedes guarden el secreto también …
    
    Esteban asintió moviendo su cabeza, luego ella se levantó del sofá, era todo un espectáculo verla caminar con sus piernas chorreando esperma, cuando llego al umbral de la puerta del baño nos saludo con su mano y no dijo:
    
    —Por favor … cierren la puerta al salir …
    
    Esteban y yo nos recompusimos y nos dirigimos hacia nuestras bicicletas. Esteban lanzó un suspiro cuando se sentó en el sillín de su bicicleta:
    
    —¿Crees en serio que le gustaría hacerlo otra vez con nosotros? …
    
    Le pregunté a él, pero no me respondió, solo se encogió de hombros. Pero creo que lo estaba pensando al igual que yo. Lo que me dijo a continuación me dejo perplejo:
    
    —¿Crees que Claudia lo haría? …
    
    —¿Claudia? … ¿Qué tiene que ver ella con esto? …
    
    Le dije sin saber donde quería llegar, pero lo intuía, entonces me respondió:
    
    —Pierde cuidado que ella me ha dicho todo de ti y de ella …
    
    —¿Todo? … ¿Te dijo lo de la playa? …
    
    —¡Sí! … todo … también lo del Jacuzzi … ella está enamorada de ti …
    
    Esteban hablaba con una calma impresionante, no estaba exaltado ni celoso ni le molestaba, más parecía interesado y curioso de una experiencia ...