1. En algún lugar cerca de Iquique. – Cuarta Parte.


    Fecha: 27/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... mucho dado que esta era la primera vez que ella me dejaba tocar su sexo. Fue entonces que me recordé de mi “plan” anterior, fue así como le dije casual y candorosamente:
    
    —¿Te gustaría si te lo hago ahí con mi lengua? …
    
    Sonya se detuvo titubeante, luego soltó mi verga por completo y me miró sorprendida y con su rostro que era todo un enigma, como si le hubiese sugerido de empender un viaje intergaláctico.
    
    —¿Cómo? … ¿Qué quieres decir “con tu lengua”? …
    
    —Bueno … te lameré ahí abajo con mi lengua … ¿No te gustaría sentir algo así? …
    
    Pensé que había arruinado todo, no debería haberle sugerido nada, ella tenía su rostro lleno de dudas, parecía que su mente trabajaba horas de extraordinario. Pero finalmente respondió:
    
    —¿Y puedes hacer algo así? … ¿No sientes asco? …
    
    —Por supuesto que puedo hacerlo … además, estoy seguro de que tú chochito será una delicia para mí …
    
    Lo dije con seguridad y considerando sus palabras como un “si”, me metí rápidamente bajo las sábanas hacia su ingle. La sentí sonreír un poco nerviosa cuando me sintió entre sus piernas, luego tiré la ropa de cama hacia abajo y me agaché, tenía su chocho peludito frente a mí, rápidamente separé sus muslos. Sonya me miraba embelesada como me acomodaba entre sus extremidades, se llevo su puño derecho a su boca y mordió sus nudillos, un silencio expectante llenó la habitación. Cuando mi lengua se hundió entre sus labios vaginales, se estremeció en modo visible e instintivamente abrió más sus piernas.
    
    Primero tuve que habituarme a sus vellos púbicos cortitos que me hacían cosquillas en los labios y mi cara. Pero la sensación no era desagradable, claro que el coño de Claudia era diferente, pero lo sentí similar en la cantidad copiosa de jugos que generaban ambas, porque Sonya se estaba empapando a cada segundo más y más. Con avidez traté de saciar mi sed bebiendo sus exquisitos zumos, Sonya había echado su cabeza para atrás y jugaba con sus tetas muy excitada por las lamidas de mi lengua. Su sabor era diferente al de Claudia, pero sin duda igual de deliciosa. Con cierto orgullo interior, asumí de haber saboreado las conchitas de mi dos hermanas, que otro hermano podría jactarse de algo así.
    
    Un gemido audible de Sonya me sacó de mis pensamientos, generalmente ella es muy silenciosa y poco expresiva, levanté un poco la cabeza para mirarla y vi su cara sonrojada, sus piernas totalmente abiertas y sus ojos se abrían y cerraban como en un ensueño, y para mi sorpresa sus gemidos se hacían cada vez más fuertes. ¡Que bien!, pensé. Debo aplicar lo que he aprendido con Claudia. Enterré mi cabeza profundamente entre sus muslos y penetré su vagina húmeda los más profundo con mi lengua, Sonya se irguió brevemente, se volvió a relajar y se aferró a las sábanas con sus uñas. Después de follar su chocho con mi lengua profundamente, la retiré y me pegué como una lapa a su clítoris, haciéndola gemir con mucho más intensidad.
    
    —¡Oh, mi Dios! … ¡Pero que me haces! …
    
    La escuche ...
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