1. En algún lugar cerca de Iquique. – Cuarta Parte.


    Fecha: 27/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... completamente.
    
    —¿Qué cosa? … ¿A que te refieres? …
    
    Pregunté con los dientes apretados, porque su mano me causaba mucha excitación y sentía los hormigueos de mi bajo vientre.
    
    —Bueno … a besar a una mujer ahí … con tu lengua …
    
    Dijo mi hermana mientras cambiaba mi pene a su otra mano. Claramente no podía decirle que Claudia había sido mi maestra, así que respondí lo más vagamente posible
    
    —¡Ah! … eso … bueno por aquí y por allí …
    
    Afortunadamente ella no siguió interrogándome y se concentró en mi verga que pulsaba y amenazaba con estallar de un momento a otro. Ella también lo advirtió y me dijo en modo conminatorio:
    
    —¡Mira bien donde vas a chorrear! … ¡Y te lo digo en serio! …
    
    A pesar de estar muy excitado, sabía que debía tener cuidado para no hacerla enojar y estropear todo lo avanzado con ella. Entonces justo antes de correrme, tomé mi polla en mi propia mano y la presioné contra sus suaves tetas. Sonya abrió sus ojos con curiosidad y me dejó hacer, cuando toqué su pezón con mi glande exploté, borbotones a chorros salieron de mi verga, jadeé ruidosamente y gruñí restregando mi verga contra sus pechos, mi semen se derramó sobre sus senos y escurrió por los lados y por su estómago. Pero fue tan intensa la sensación que no pude controlarme del todo y unos chorros rebotaron y otros aterrizaron en su cuello y cabello.
    
    Mi orgasmo fue tan violento que luche por mantenerme sobre su estómago. Antes, cuando me masturbaba en solitario, nunca me corrí en modo tan intenso. La sensación que me daba la piel de mi hermana amplificaba ese placer de muchas veces. Sonya miraba mi polla con ojos grandes y brillantes, cuando finalmente mi eyaculación terminó, me derrumbé a su lado, ella observaba el semen escurriendo en su piel con una mezcla de aversión y fascinación, intento limpiarse con el último pañuelo desechable que le quedaba, el que claramente no dio abasto, entonces notó el semen en su cuello y me miró:
    
    —¡Te dije que tuvieras cuidado! … ¿Cómo se supone que voy a ir al baño así? …
    
    Dijo y saltó de la cama con la intención de ir a limpiarse, pero se detuvo a mirarme. Al principio no entendí lo que quería de mí, hasta cuando lo expresó claramente.
    
    —Si fueras tan amable de ir adelante a ver si puedo ir al baño … no sabría como explicarlo si me encuentro con Claudia o Esteban …
    
    Me causo risa su preocupación, pero no hice ninguna demostración de ello. Por supuesto cumplí con su pedido, abrí la puerta del dormitorio y me asomé con cuidado. No había señas de nadie, así que entré al baño para asegurarme de que estaba desocupado y luego salí y le hice señas a Sonya para que avanzara y la esperé con la puerta abierta, cuando paso junto a mí, la rodeé con mis brazos y le susurre al oído:
    
    —Eres el vertedero de esperma más dulce que existe …
    
    Sonya me miró, frunció el ceño y luego sonrió separándose de mí, pero pude ver en sus ojos que no estaba enojada conmigo, incluso parecía que comenzaba a gustarle. Después que ella cerró la ...
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