El cabronazo y la vergonzosa
Fecha: 21/08/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... asco!
La destapó y quiso meter la cabeza entre sus piernas, pero Herminia las cerró y le empujó la cabeza con las dos manos.
-¡Quita, cerdo!
Cerrara las piernas, pero la lengua de Pablo llegó al capuchón de su clítoris y lo lamió.
-Deja que te coma el coño.
-¡Nooo! ¡Me daría asco!
Quiso seguir lamiendo, pero Herminia se dio la vuelta, Pablo le abrió las nalgas de su culo respingón con las dos manos y le lamió el ojete. Herminia, le dijo:
-¡¡Cerdo!!
Siguió lamiendo. Herminia quiso volver a darse la vuelta, pero no le dejó, lamió y le metió y sacó la lengua en el ojete mientras se revolvía y le llamaba de todo menos hermano... Al rato estando con la cabeza de lado en la almohada más quieta que una muerta y más caliente que una brasa, le dijo Pablo.
-Date la vuelta, Herminia.
Más mansa que una corderita, se dio la vuelta, flexionó las rodillas, le puso el coño en bandeja a su hermano, y le dijo:
-No te corras dentro.
Pablo tenía otros planes. Pasó su lengua por el coño encharcado y acto seguido besó a su hermana, que puso cara de asco al recibir en su boca la lengua pringada con sus jugos, mas después se la chupó con ganas. A continuación pasó su lengua por los pezones mientras le metía dos dedos en el coño que entraron cómo balas en su vagina engrasada. Lamiendo sus pezones y chupando sus tetas la masturbó hasta que su respiración y sus gemidos le dijeron que se iba a correr, en ese momento sus dedos volaron dentro de la vagina, la besó en la boca y Herminia se corrió cómo una bendita.
Al acabar de correrse bajó hasta su coño encharcado, lo lamió, le folló la vagina con la lengua y después se detuvo sobre su clítoris mientras sus manos la magreaban las tetas. Su lengua plana lamió de abajo a arriba, lentamente. Herminia jadeaba cómo una perrita. Pasado un tiempo, al tenerla a punto, se arrodilló entre sus piernas y frotó su polla desde el coño al clítoris. Herminia le dijo:
-¡Me voy a correr, Pablo!
-Lo sé.
-¡Me corro, Pablo!
Le clavó la polla hasta el fondo mientras se corría. Sintió sus contracciones y casi se corre él, pero aguantó cómo un jabato.
Al acabar de correrse le dio la vuelta, y con su hermana encima y la polla dentro de su coño, le dijo:
-Te toca, haz que me corra.
-Me da vergüenza.
Pablo, armándose de paciencia y mirándola a los ojos, le dijo:
-Herminia, tienes mi polla dentro del coño, si no te dio vergüenza antes ahora ya no te va a dar.
-Además de eso es que...
-¿Qué?
-Que tardas un mundo en correrte... Me voy a correr otra vez y vas a pensar que soy una puta.
-Las putas no se corren.
-¡¿Ah, no?!
-No.
Herminia, que se moría por follar a su hermano y por volver a correrse, le dijo:
-Siendo así...
Herminia cabalgó a su hermano cómo le gustaría cabalgar a su novio. Sus duras tetas apenas se movieron, ni al paso, ni al trote ni al galope, solo se desplazaban hasta la boca de su hermano cuando se las daba a mamar. Lo que se movía era su coleta ...