Entregándome Al Pasado 5 - Relatos Eróticos

Entregándome Al Pasado 5

... con el sostén. Comenzó a acariciarme la cuquita mojada con una de sus manos, mientras pude notar como la otra se la llevaba a su entrepierna, supuse que para estimularse. Sus caricias se sentían bien, debo admitir que me gustaban bastante, tenía ganas de que me penetrara a gusto así que abrí más las piernas, sin embargo, no era mi esposo lo que tenía en mi mente, sino a Samir.

Lorenzo siguió acariciando la rajita de mi cuca de arriba abajo con sus dedos, lo que me estaba comenzando a volver loca.-Cójeme -Le dije, con respiración algo agitada -Métemelo...estoy a tono...-Seguí diciendo con los ojos cerrados y pellizcándome los pezones con gusto. Sin embargo no recibí respuesta de su parte, solo seguían las caricias que se comenzaban a volver más torpes y vagas a medida que los segundos pasaban...hasta que se detuvieron.

Sentí que él se movió en ese momento. Supuse que se preparaba para metérmelo. Pero no fue así. Abrí los ojos y lo vi arrodillado con los shorts bajados hasta las rodillas. Se masajeaba con desespero frenético el güebo, el cual para mi sorpresa estaba flácido aún. Me sentí fea en ese momento, me pregunté si yo ya no le parecía atractiva. Antes se le paraba al menos. Pero ahora nada.

Él estaba rojo como tomate. Solo se veía la verga mientras la agitaba con furia. -vamos...vamos...anda....¿Que pasa? Se supone que debe funcionar...vamos -murmullaba en voz baja con rabia.

-Lorenzo...¿Qué pasa? -Le pregunté.

-Nada mi vida...dame un minuto...-Me respondió intentando disimular su incomodidad. Se dio la vuelta y se bajó de la cama, con los shorts cayendo a los tobillos al pisar el suelo. Salió de ellos y corrió desnudo al baño. No pude evitar sentir pena por él una vez más. Sin embargo me daba curiosidad, siempre se le había parado, los esteroides estos le provocaban eyaculación ultra precoz y luego venía la fase de impotencia por largo rato. Me puse de pie y vi a la cama buscando indicios de eyaculación, pensando que lo había botado muy antes de tiempo, pero nada, todo estaba seco. Caminé al baño, con la blusa abierta de par en par y el sostén desplazado debajo de mis pechos desnudos, sin falda, sin tanga. Noté que en su desespero él había dejado la puerta entreabierta. Me acerqué cautelosa y la abrí más aún para ver a mi esposo frente al espejo del lavamanos, aún rojo, llorando, agitándose desesperadamente el pito flácido y leyendo al mismo tiempo un frasco plástico transparente que dejaba ver algunas pastillas azules.

-¿Que es eso? -Le pregunté, terminando yo de pasar por la puerta del baño.

-Nada...nada. -Dijo sollozando, asustado, como si fuera un niño que sorprenden con algo que no debería tener entre manos.

-Lorenzo, dime. -Insistí.

-Viagra....viagra. -Me respondió.

-¿Esa era tu sorpresa? ¿Tomar viagra para tenerlo erecto más tiempo? -Le pregunté intuyendo todo.

-Si...si amor...si...-Me dijo.

-¿Y por qué no funciona? -Le pregunté acercándome. Él se echó hacia atrás para mantener distancia. Esto se ...