1. CUANDO GABRIEL REENCONTRÓ A MERCEDES


    Fecha: 16/08/2024, Categorías: Incesto Autor: barquidas, Fuente: RelatosEróticos

    ... aquél primer orgasmo no fue sino el preludio de un segundo seguido de inmediato de un tercero y no está claro si, incluso, de un cuarto.
    
    Aquellas fueron las primeras llegadas a la cima del éxtasis sexual, pero en modo alguno las únicas, pues a partir de allí la noche fue larga para la pareja de hermanos, aunque a ellos se les hiciera más bien corta. Los gemidos y jadeos de Mercedes acabaron trocándose en gritos y los gritos en aullidos, alaridos de placer pues a esos tal vez tres, tal vez cuatro, primeros orgasmos que Gabriel procurara a su hermana Mercedes siguió algún otro hasta que fue Gabriel el que, bufando cual búfalo en celo, berreando cual cérvido campeón en cien berreas, o relinchando como caballo garañón, empezó a proclamar que era él quien ahora estaba próximo a llegarse, a vaciarse.
    
    Gabriel intentó acabar fuera de su hermana por si acaso lo del embarazo, pero ella se opuso terminantemente a ello, pues en modo alguno renunciaba a darle hijos a su hombre, a concebir hijos de él. Además le decía a su hermano
    
    No me digas que no quieres arrullar a un hijo en tus brazos
    
    No hubo más que hablar y Gabriel acabó dentro del claustro de su hermana. Así acabó aquel, podríamos decir, primer “round” de la noche, con los dos más derrengados que otra cosa sobre la cama, envolviéndose el uno al otro en dulces, cariñosas caricias; besos suaves, tiernos, llenos más de amor, de cariño, que de pasión…
    
    Así, hasta que las energías retornaban a sus cuerpos, a sus músculos, prestos de nuevo a la “lucha” sin tregua, que se reinició con el segundo “round” de la noche, que transcurrió ya de tal guisa: Sucesivos “round” de amoroso “cuerpo a cuerpo”, intercalados por lapsos de forzado descanso transcurridos entre caricias plenas de dulce ternura, a veces salpicadas por momentáneos amodorramientos en los que hasta dormían algún que otro
    
    minuto, para despertar como nuevos y ansiosos de volver a la “carga” tras la sucinta tregua.
    
    Asomaban ya las primeras claras del alba, arrinconando la nocturna oscuridad y expulsando del firmamento la claridad lunar, cuando, por fin, Morfeo triunfó plenamente sobre Eros y Venus, haciendo que los dos amantes quedaran profundamente dormidos.
    
    A las once de la mañana sonó el despertador y los dos hermanos se levantaron. No se ducharon, no podían pues el tiempo apremiaba. En una maleta de esas con ruedas, de las llamadas “trolley”, metieron lo que Mercedes consideró indispensable y a poco de las doce del mediodía los dos hermanos despertaron a sus padres, que aún dormían. D. Gabriel, el padre, se alarmó por no haber ido al trabajo pero su hijo le tranquilizó diciéndole que a primera hora había llamado al despacho para informar que no se encontraba bien y esa mañana no iría a trabajar. Aunque parezca mentira, no le preguntó que cómo sabía que estaría durmiendo hasta tarde, pero es que el “viaje” de somníferos todavía le tenía un tanto atrapado y así es difícil razonar con perspicacia.
    
    Fue Mercedes quien les dijo ...