1. CUANDO GABRIEL REENCONTRÓ A MERCEDES


    Fecha: 16/08/2024, Categorías: Incesto Autor: barquidas, Fuente: RelatosEróticos

    ... la penetración de su hermano-hombre que dirigió su viril miembro al centro de la pelambre negra que poblaba el pubis femenino; sus dedos encontraron y abrieron los labios vaginales y su virilidad poco a poco se fue deslizando entre ellos hasta alcanzar la entrada al Paraíso de las Mil y Una Noches. A partir de ahí la virilidad de Gabriel fue internándose en la más genuina intimidad femenina de Mercedes que, tan pronto como sintió que la invasión
    
    de sus entrañas comenzaba, se abrazó al cuello de su hermano con inusitada estrechez, como buscando fundir su ser al de su hermano…
    
    Mercedes buscó de nuevo los labios, la boca de Gabriel, mientras musitaba, con voz queda y al oído del hombre
    
    Te amo hermanito… Te amo, te quiero hermano… Disfruta de mí, disfruta mi cuerpo, cariño mío
    
    Entonces fue cuando Gabriel se llevó la sorpresa más grande de su vida, pues de pronto notó que algo se oponía a la penetración. Algo flexible, que a un tiempo se oponía y cedía… No; eso no podía ser… Cómo era posible que, a sus treinta y seis años, el himen de Mercedes todavía estuviera intacto, existiera aún… ¡Era de locos, siquiera pensarlo!... Pero… ¡Allí parecía estar!...
    
    Gabriel se detuvo en el acto; la penetración cesó y Mercedes le miró desconcertada
    
    ¿Qué pasa, cariño? ¿Por qué te paras?
    
    No… No es posible… ¡Eres virgen!... ¡Todavía eres virgen, hermanita!
    
    ¡Pues claro que soy virgen aún, cariño mío! Te he esperado Gabriel; eras tú o nadie… ¡Sigue cariño mío, sigue! Te lo dije antes: Hazme mujer; tu mujer hermanito
    
    Te dolerá Mercedes; te dolerá mucho, más de los normal. Ahora tu himen es más fuerte que antes, hace diez años. Es más grueso que entonces, y el desgarro ahora más doloroso que entonces
    
    ¿Crees que no lo sé? Pero lo deseo... ¿Es que no lo ves? ¿Es que no ves cómo te ansío? Mi amor, llevo mucho tiempo esperándote… Dieciséis, diecisiete años… Vamos queridito mío, sigue; sigue mi amor… Llévate por delante mi doncellez…
    
    Gabriel no lo pensó más. Su virilidad penetró las entrañas de su hermana hasta lo más profundo, si bien tampoco ello significó que la ternura del hombre hacia la mujer decreciera ni un solo segundo. Aquella unión sexual fue la máxima expresión del amor entre un hombre y una mujer; entre un hombre y su mujer, entre una mujer y su hombre…
    
    El momento álgido de la penetración, cuando el himen cedió, desgarrado, quedó señalado por el hondo gemido de dolor que Mercedes exhaló en ese momento, acallado mordiéndose los labios hasta hacer saltar la sangre. De nuevo Gabriel, solícito con su hermana y muy especialmente en tal trance, se detuvo de nuevo
    
    ¿Te duele mucho Mercedes?
    
    No te preocupes amor, no pasa nada. Sigue cariño mío. Hazme el amor cielo mío.
    
    Al tiempo que esto decía, la muchacha alzó las abiertas piernas para con ellas rodear las nalgas e inicio de los muslos de su hermano, ciñéndolos en prieto dogal.
    
    De nuevo Gabriel volvió a mover sus caderas adelante atrás, adelante atrás, al tiempo que sus manos, ...
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