1. Las bragas de mi familia (Parte 1)


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Incesto Autor: La Pluma, Fuente: TodoRelatos

    ... Jesús, voy a salir con unas amigas, ¿vale? Mamá y papá (yo los llamaba así pese a ser mis abuelos ya que me han criado ellos) han salido a cenar y al cine, tienes comida en la nevera para esta noche.
    
    -Yo: Vale, ¡pásalo bien!
    
    -Diana: ¡Chao, te quiero!
    
    -Yo: ¡Y yo!
    
    Se despidió dandome un beso en la frente y se fue de casa. Estaba solo.
    
    Mi mente de adolescente pajero pudo con mi moral y fuí al baño, esperando ver las bragas de mi tía. No estaban, miré en todos los sitios del baño y no estaban. Ahí debería haber cortado mi impulso y seguir con mi día, o ponerme un video porno y hacerme una paja normal, pero tuve la necesidad de mirar en la lavadora. Y allí estaban, sus bragas usadas de hoy, unas bragas rosas con fresas dibujadas. Pero al cogerlas las noté un tanto frías en comparación con las de hace unos días, lo que me hace mirar de nuevo en la lavadora. Cojo una camiseta suya que parecía haber puesto ahi hace poco y se cae un tanga negro de algodón. Esa prenda si que estaba caliente, pero no solo eso, estaba mojada, empapada. No lo podía creer, ¿era eso corrida? ¿La corrida de mi tía? En el instante en el que lo procesé me llevé ese tanga a la nariz y fue incluso mejor que la primera vez. Que delicia de olor; ese aroma a mujer se me quedó marcado hasta el día de hoy. Y si el olor era tan bueno, ¿cómo sería su sabor? En cuanto pensé esto, me metí ese tanguita mojado en la boca y lo saboreé entero. Fue una de las mejores sensaciones de mi vida. Fuí variando entre oler y lamer esa prenda mientras me hacía una buena paja, esta vez con más control y disfrutando más de ella. Durante toda la paja estuve pensando en Diana y en como me gustaría comerla el coño, en como quería follarmela, follarme a mi tía, llenarme la polla de sus flujos y que me la chupase para que ella misma pudiese probar su deliosa vagina. Cuando mi corrida estaba a punto de salir, puse el tanga de mi tía en mi glande y eyaculé una gran cantidad de semen sobre él. Mezclar su corrida con la mía fue un momento tan morboso que lejos de volver a sentir esa culpa de mi primera paja pensando en mi tía, me puse aún más cachondo. Metí ese tanga de nuevo en la lavadora y cogí las bragas rosas de fresas para continuar con el siguiente acto de onanismo.
    
    Me quise recrear un poco más y cogí un poco de loción y proyecté en la televisión del salón una foto del Instagram de mi tía. En esta foto está en la playa tumbada boca abajo en la arena y, básicamente, se ve su culo en todo su esplendor. Disfruté mucho de esa segunda paja del día, imaginando como me la follaba en esa misma postura y como me corría encima de sus nalgas, todo esto mientras olía sus braguitas.
    
    Esto empezó una rutina para mí, no siempre me hacía pajas pensando en mi tía u oliendo su ropa interior, pero podriamos decir que una de cada tres o cuatro era así durante varios años hasta que se mudó, hace apenas 2 años. Mientras que seguí esa rutina continué con mi vida normal y corriente. Tenía mis amigos, me iba bien ...