1. Nuestra primera vez


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Hetero Autor: Amaki Sanza, Fuente: TodoRelatos

    Cuando llegó a la ciudad, lo que menos se esperó era encontrarse con alguien con quien se llevara tan bien. Es decir, esperaba hacer amistades, pero lo principal para él era ir a trabajar. La situación era complicada a nivel mundial y si se le presentaba la oportunidad, buena oportunidad, de ir a trabajar lejos de su pueblo, en lo que estudió y para nada mal remunerado, no la desperdiciaría.
    
    Como tampoco desperdiciaría la oportunidad que le daba la vida de entablar amistad con su vecina de piso.
    
    Habían pasado una tarde grata cuando a ella se le quedaron las llaves en su departamento y él la invitó a esperar en el suyo. No lo hizo con segundas intenciones, todo lo contrario, de pequeño le inculcaron modales y él solo fue amable con su vecina en apuros. Aunque no esperaba, ninguno, que se forjara un lazo de amistad. Esa tarde se la pasaron conversando, bebiendo gaseosa, comiendo comida chatarra y mirando televisión, nada del otro mundo.
    
    Él pensó que al día siguiente todo seguiría normal, es decir, ella era guapa, imposible que siguiera conversando con él porque la fila de pretendientes que debía de tener sería interminable.
    
    Y no fue así, al día siguiente de lo sucedido se encontraron a la salida, ella le pidió que detuviera al ascensor para bajar juntos, y se fueron charlando hasta que sus caminos se separaron.
    
    Él recordaba bien que, desde aquel día, había entablado una amistad con ella.
    
    Esa tarde se encontraron de vuelta en el bus, así se dieron cuenta que sus trabajos no quedaban muy lejos el uno del otro, se pusieron de acuerdo para ir a almorzar al día siguiente en un punto que a ambos les acomodara.
    
    Y de esa manera, comenzó lo que ninguno esperaba.
    
    Había pasado poco más de una semana desde aquel incidente de las llaves, ese día él llegaba un poco más tarde de lo habitual a su casa. Al abrir las puertas del ascensor, se encontró con su vecina paraba fuera de la puerta de él.
    
    –Te esperaba ­–le dijo con una sonrisa al mirarlo y enseñarle unas llaves, de coche por lo que pudo notar él.
    
    –Al fin lo lograste –le sonrió de vuelta mientras avanzaba donde ella–. Ya tienes tu coche.
    
    –Sí, y te esperaba para que vamos a estrenarlo. –Le tomó la mano y lo jaló al ascensor.
    
    –Pero… pero deja que guarde mis cosas del trabajo. O que me cambie de ropa.
    
    –No hay tiempo –reclamó llamando al ascensor–. Además, formal te ves bien.
    
    –¿Tú crees? –preguntó medio olvidando el tema principal y entrando al ascensor.
    
    –Claro que sí, te ves bastante bien de hecho. Ahora ¡vamos a dar una vuelta!
    
    Ella había vivido todo lo que llevaba de vida en aquella ciudad. Estudió lo que quiso, consiguió trabajo y se fue de casa de sus padres para vivir sola, no le iba mal, al igual que él aprovechó la oportunidad que le dio la vida. Ya tenía su departamento y ahora su coche, llevaba una vida tranquila, quizás sin los grandes lujos que una persona normal desearía, pero se sentía bien. Le había comentado a él que, con el coche, saldría a recorrer ...
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