1. Como te adoro mami ! parte final


    Fecha: 10/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Después de ducharnos juntos, jabonando cada rincón de nuestras intimidades por fin retomamos el sano juicio. “Mi hombre que desea que me coloque?, preguntó insinuante, y le dije que le vendría bien una minifalda. Ella, desnuda y sin la prevención de siempre entró al cuarto de mis hermanas y abrió el closet para sacar un pequeña falda de mi hermana mayor… me preguntó si me gustaba y le di mi aprobación inmediata. Vistió una tanga de color negro que se perdía entre sus nalgas, un top rojo sin brasier dejando descubierto parte de su vientre, y se calzó unas sandalias azules no muy altas que resaltaban la gracia de sus pies, mientras la minifalda acentuaba la redondez de su trasero. No podía creer que esa hembra divina, en el albor de sus 39 años, fuera mía por todas las razones del mundo, por haberme parido, por haberme amamantado, por haberme criado, y por haberse convertido en mi mujer; en la mas exultante de las pasiones y en el mas execrable de los pecados, pero mía hasta la eternidad; así al morir llegara directamente al peor de los infiernos.
    
    Estuvimos en un centro comercial buscando algo que nos agradara, cuando la verdad lo que mas deseábamos era seguir amándonos. Y se lo dije en son de broma, y ella con una mirada de asombro, me respondió que era el colmo de mi parte, y que a ese paso terminaríamos en un sanatorio, pero que tampoco le desagradaba la idea… nos tomamos de la mano como dos adolescentes, como acostumbrábamos a hacerlo desde muy niño… por fin nos decidimos por una hamburguesa acompañada de papas fritas de esas que consume todo el mundo. Después de comer me pidió que la acompañara a ver vitrinas, uno de sus pasatiempos favoritos y sin objetar nada, accedí… hubiera aceptado lo que me pidiera con tal de no empañar ni por un segundo nuestra relación. Caminamos una hora por el centro comercial, pero me comenzó a molestar que muchos tipos descaradamente, fijaran sus miradas morbosas en ella, que indiferente a todo observaba zapatos y otras bobadas. Desde ese momento comencé a sentir unos putos celos de hombre que me estaban descomponiendo la paciencia. Mi madre notó mi ceño fruncido y me preguntó qué me pasaba, y le referí lo que ocurría. Se rió mucho y me dijo que no prestara atención a esas pendejadas, puesto que yo sabía muy bien que ella tenía dueño y estaba dichosa de ser mía. Eso me tranquilizó aunque no mucho. Bueno, es cierto que se veía provocativa, puesto que la maldita faldita resaltaba no solo su cola sino sus piernas, pero también es cierto que el de la estúpida idea fui yo. Regresamos caminando a casa como a las 11de la noche… Nos desnudamos, nos dimos un beso prologado, pero el cansancio terminó venciéndonos y nos quedamos profundos hasta las 10 de la mañana del domingo que me despertó el timbre del teléfono. Me levanté asustado y era mi hermana mayor preguntando que habíamos hecho la noche anterior y le conté lo de la salida pero sin entrar en detalles. Me dijo que una amiga suya de Bogotá, había visto unas fotos ...
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