1. Como te adoro mami ! parte final


    Fecha: 10/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Desde aquella mañana de sábado en que todo nuestro amor quedó al descubierto, pasaron demasiadas cosas hermosas que quiero compartir, precisamente, porque dado el desenfreno de toda nuestra pasión, mi madre y yo ultrapasamos todos los límites a que puede acceder una pareja. Recién nos despertamos al anochecer, ella me miró con sus ojos tiernos y tristes como queriendo que nada hubiera ocurrido. La abracé de nuevo, y acariciando sus cabellos comencé a decirle que la vida puede brindarnos mucha felicidad por los caminos que menos esperamos. Teníamos un par de meses por delante mientras mis hermanas volvían de viaje, y lo mas importante en ese momento era dejar en claro, cual sería la actitud que asumiríamos ante ellas a su regreso. Estuvimos de acuerdo en que era nuestro secreto y nada nos arrancaría una confesión acerca de todo lo que vivíamos ensimismados en la intimidad que nos proveía estar solos en casa. Finalmente se tranquilizó y decidimos darnos una buena ducha para salir a comer algo fuera. Verla a mi lado desnuda, con la mirada perdida en el recuerdo de nuestro desvarío, aumentó en mi un sentimiento de protección por todo lo que ella significaba en esos momentos. La abracé no sé cuantas veces mas, sintiendo su cuerpo pegado al mío, entrelazando sus piernas en las mías, y sin mayores deseos de abandonar el lecho, nos besamos tiernamente en tanto la lujuria que ya conocíamos no tardó en hacerse presente.
    
    Habíamos hecho el amor no sé cuantas veces, y no me importaba si el mundo estallaba en mil pedazos, o un tsunami nos arrastraba hasta el infinito. Le dije que el baño podía esperar y me dediqué a explorar sin tapujos cada centímetro de su bella piel; su rostro hermoso y delicado, su cuello y sus hombros bronceados y con esas pecas que el sol iba dejando en cada exposición suya en la piscina. Me detuve en sus pechos pequeños pero firmes y pasé mi lengua por sus pezones hasta que estuvieron totalmente duros y dispuestos a nuevas locuras… besé su vientre y me encantó ver su ombligo profundo, donde se notaban las cicatrices de las laparoscopias a que fue sometida. Su monte de Venus tan próximo al cielo, con sus vellos negros formando un rombo que se diluía en un pequeño caminito de pelitos hasta su ombligo, y los cuales ella no depilaba por temor a que se engrosaran mas, eran la causa por la cual no hubiera querido que saliéramos de la cama jamás… seguí besando sus piernas largas, en cuanto ella se retorcía como gata en celo, acariciando sus pechos y su barriguita. Mordí suavemente sus rodillas arrancándole exclamaciones de deseo, hasta llegar a sus pies, quizás la parte de su cuerpo que mas alborotaba mis hormonas desde que comencé a verla como mujer. Chupar uno a sus deditos, pasando mi lengua por en medio de ellos, mordisqueando toda su extensión, era algo que mi diosa no soportaba, hasta que sin quererlo terminaba llegando al orgasmo. Por todo ello juro que no encontraré en mi vida unos pies mas coquetos, sensuales, insinuantes y ...
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