1. Candela 05: castigo


    Fecha: 29/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Clementine, Fuente: TodoRelatos

    ... cerrar los muslos, abierta y expuesta a mi merced.
    
    Al regresar con la regla Faber que guardaba en el escritorio desde que terminé la carrera, su chochito estaba entreabierto, brillante y sonrosado. Jorge la observaba en silencio. Su polla goteaba una lenta e interminable sucesión de gotitas cristalinas que formaban un reguerillo que humedecía el asiento. Comencé a acariciarla lenta, pero decididamente, frotando con la mano entre sus muslos sin la menor delicadeza, haciéndola sentir el contacto duro con su clítoris, casi frotándola.
    
    El primer regletazo sobre su coñito entreabierto sonó como una palmada y dibujó un pequeño rectángulo rojo en el pubis. Chilló, y su respiración comenzó a agitarse. Tenía las manos enrojecidas por la congestión y trataba inútilmente de cerrar los muslos.
    
    Respondió con un hilillo de voz antes de recibir un segundo regletazo que hizo que sus ojos adquirieran un primer brillo húmedo y en los labios comenzara a dibujarse una rojez que anunciaba la posterior inflamación. Comencé a acariciarla. Gemía entrecortadamente. La polla de Jorge manaba ya una cantidad ingente de fluido. Volví a golpear su chochito con la regla tres veces seguidas en una sucesión rápida que lo puso definitivamente colorado. Los labios comenzaban a inflamarse visiblemente, y ella a llorar.
    
    Levanté la regla una vez más y su cuerpo se contrajo tanto como permitía la escasa movilidad a que las cuerdas la condenaban. La dejé en alto unos segundos, el tiempo suficiente para que anticipara el golpe, para que lo temiera, y volví a descargar tres nuevos regletazos que provocaron en ella un llanto desesperado. Le clavé el índice de mi mano izquierda en el culito.
    
    Su clítoris aparecía claramente definido entre sus pequeños pliegues inflamado, enrojecido y brillante. Lo golpee flojito en una larga sucesión de cachetitos: quince, veinte veces. Lloriqueaba y gemía temblando. Clavé un segundo dedo en su culito y los hice girar en su interior. Su respiración era violenta ya, un jadeo nervioso y rápido. Tenía los ojos inflamados. Dejé la regla sobre las sábanas para acariciar su coñito. Entre los labios hinchados seguía estando húmeda.
    
    Pellizqué uno de sus pezones. Lo tomé entre el índice y el pulgar, lo presioné con fuerza, y lo deslicé entre ambos retorciéndolo. Lloraba desesperadamente, hipando y chillando. Busqué entre las sábanas sus braguitas y se las metí en la boca hechas una pelota.
    
    Asintió con un movimiento nervioso de cabeza. Las lágrimas comenzaban a dibujar reguerillos negros de rímel en sus mejillas. Acaricié su nuca consolándola y volví a tomar la regla para descargar en su coñito tres regletazos más.
    
    Hipaba desconsoladamente. Temblaba y gemía. Introduje en su culito un tercer dedo. Me incliné para tomar su clítoris entre los labios y lo succioné con fuerza para lamerlo dentro de mi boca como a una lengüecita. Gimoteaba entre hipidos y trataba de cerrar los muslos. Me separé de ella para golpear con la palma de la mano su ...