1. Ven y cómeme el coño si tienes cojones


    Fecha: 23/09/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... Bea!
    
    -¡¡Plas, plas, plas!!
    
    -El nene tiene que cuidar su vocabulario. Hazle las curas en las pupitas Bea.
    
    Bea lamió mis nalgas.
    
    Para qué vamos a engañarnos, a mi me gusta más dar que recibir, así que me levanté, forcejeando con Xio, y mientras me llamaba de todo menos bonito, me senté en la silla donde se sentaba ella, la puse en mi regazo y le dije a Bea:
    
    -¡Dale!
    
    Xio no estaba por la labor.
    
    -¡Ni se te ocurra, Bea!
    
    Bea no llevaba una perversa dentro. Le dio, pero con muy poca fuerza, era cómo si ya le hubiese dado antes y supiera cómo le gustaba.
    
    -Plas -Ay- Plas. -Ay.
    
    Ahora el de la retranca era yo.
    
    -Cura sus pupitas, Bea.
    
    Bea lamió sus nalgas doloridas. Se las abrí, y le dije.
    
    -El roto, cúrale el roto.
    
    Bea le lamió el ojete, Xio callaba por no gemir. Le pregunté:
    
    -¿Le gusta a la nena que le coman el culete?
    
    Le gustaba, si no le gustara no me diría:
    
    -No, le gusta al nene, no te jode!
    
    Usé casi sus mismas palabras.
    
    -Leña a la mona que es de goma!
    
    Le cayeron las del pulpo, pero sin fuerza.
    
    -Plas plas plas.
    
    No se quejó. No le di tiempo. La puse en pie y la senté sobre mi polla, polla que entró en su culo cómo un supositorio, apretado pero con una suavidad exquisita. Me bajó la mascarilla, y sin temor a nada, metió su lengua en mi boca y me la comió cómo se come un chuletón, degustándolo poquito a poco. Pasado un tiempo sentimos gemir a Bea, miramos para ella y vimos cómo le temblaban las piernas y cómo se fue encogiendo a medida que se iba corriendo. Xio, que ya estaba punto de llegar, la sacó del culo, la metió en el coño, y sin más, me dijo:
    
    -Córrete conmigo, forastero.
    
    -Quique, mis amigos me llaman Quique.
    
    -Córrete conmigo, Quique, yo ya, ya. Aaaah. ¡Yaaa!
    
    Sintiendo cómo su coño apretaba y bañaba mi polla con sus jugos, solté un chupinazo de leche al tiempo que le decía:
    
    -¡Ahí va!
    
    Ver correrse a Xio es una de las cosas más bellas que se pueden ver, y yo vi cómo se corría tres veces más. Fue uno de mis días de suerte.
    
    Quique. 
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