1. Ven y cómeme el coño si tienes cojones


    Fecha: 23/09/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    Entré en el bar por descansar. Ni tenía ganas de beber ni de alternar. La mascarilla me las hacía pasar putas. Era un bar cualquiera de un lugar cualquiera. Solo había una mujer sentada a una mesa. Me senté en otra mesa, guardando la distancia. Vino la camarera, una veinteañera rubia, de ojos azules, bella y con un cuerpazo, pedí y al ratito me sirvió un gin tonic. La mujer de la mesa de al lado andaría en los cuarenta años de edad. Tenía los codos apoyados en la mesa y parecía estar adorando a su bebida. Levantó la vista, me miró y al ver que la estaba mirando, me dijo:
    
    -No quiero que me invites a nada.
    
    -No iba a invitarte.
    
    Apoyó las manos en la mesa, se estiró echando el cuerpo hacía atrás, lo que hizo que se marcaran las tetas en su blusa blanca, y dijo:
    
    -Ya no quedan caballeros.
    
    Se bajó la mascarilla y echó un trago.
    
    La miré detenidamente. Estaba muchísimo más que potable. Imagina a una mujer madura, atractiva, con un tremendo polvo y acertarás. Le respondí:
    
    -Haberlos hailos, Pero hay que dar con ellos.
    
    -Con un gallego me he topado.
    
    -Ni te has topado ni te toparás. No están los tiempos para aventuras.
    
    Me miró, se rio, y después me dijo:
    
    -¡Pero qué dices, Matusalén! Contigo no iba yo ni a comprar el pan.
    
    -No es la primera vez que me lo dicen.
    
    -¿Lo de Matusalén?
    
    -No, lo de ir a comprar el pan. Muchas de ellas acabaron más calientes que el horno de la panadería.
    
    La mujer le daba bien a la retranca.
    
    -¿Y eso cuándo fue, antes o después de la extinción de los dinosaurios?
    
    -Me da que estás muy mal follada.
    
    -¡¿Yo?! Aún tengo entre las piernas la leche de mi macho.
    
    Me dejó planchado. Si no fuera por el puto bicho intentaría llevarla al huerto, y digo intentaría por qué aquella mujer además de estar buena tenía mucha escuela, y yo no soy de los que meten envidia. Mi metro setenta y mis anchas espaldas pierden su valor con el gris y blanco de mis cabellos. Cómo no le di réplica me dijo:
    
    -¿Eres de los de piel fina?
    
    -No, me gustan los olores fuertes, cuando de coños se trata.
    
    -¿Explícate?
    
    -Te escandalizarías.
    
    -A mí ya no me escandaliza nada. Estoy de vuelta en todo. ¿Qué olores fuertes son esos?
    
    -¿No te parece algo muy raro que dos personas que se acaban de conocer hablen de cosas que muchos matrimonios no se atreven ni a mencionar.
    
    -Por eso lo hablamos, si fuéramos conocidos jamás lo haríamos. La gente es muy hipócrita.
    
    -Y tú muy curiosa.
    
    -¡Ahí me has dado! Cuenta.
    
    -A ver, por ponerte un ejemplo... Después de correrse una mujer seis o siete veces en la noche, me gusta al despertar comer eso coño con la leche y los jugos secos. Tiene un olor que me empalma. ¿Quieres tomar otro de esos?
    
    Me respondió:
    
    -Sí, pero de aquí cada uno a su casa.
    
    -La mía queda muy lejos, ¿Cómo te llamas?
    
    -Xiomara, pero mis amigos me llaman Xio.
    
    -Xiomara. ¿Qué significa?
    
    -La más hermosa del universo.
    
    -Tampoco te pases.
    
    -Te he dicho lo que significa, no que lo sea. Por ...
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