1. Spanking.


    Fecha: 23/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Sandra Rosalia, Fuente: TodoRelatos

    Este es la historia de una atractiva dama dedicada alspanking:
    
    Eres una ratera…
    
    Le dijo el hombre tomándola fuertemente de una de sus muñecas…
    
    Ella empezó a sollozar a la vez que le decía al dueño de la tiendita:
    
    - Es solo un dulcecito para mi hermanito…
    
    - Pero lo has robado dijo el hombre y continuó:
    
    - Le voy a decir a tu padrastro.
    
    Llena de temor, por conocer la baja calaña de aquel alcohólico del padrastro, ella inclinó su cabeza sollozando…
    
    En ese instante, el enorme dueño de la tiendita del barrio, a jalones la condujo a la trastienda aprovechando la ausencia de clientes, torciendo uno de sus brazos sobre la espalda y tirándola encima de un saco de arroz; aprisionándola de sus hermosas piernas con una de las suyas, subiéndole las enaguas entre el forcejeo y gritos de ella llena de indignación y de miedo; inmovilizada por el rudo hombre quien le dijo en voz baja:
    
    - Te daré 25 fuertes nalgadas por intentar robarme…
    
    Ella gritaba humillada con los calzones expuestos al aire:
    
    - No…no...por favor don Tomas, ¡perdóneme…!
    
    Intentó bajarse la falda, pero el fuerte hombre con una sola de sus inmensas manos, la sujetó de ambas endebles muñecas sobre su espalda; mientras ella pataleaba sometida y chillando.
    
    Don Tomas era un hombrón y la primera nalgada sonó de manera terrible cimbrando las nalgas de ella quien gritaba llorando y al instante del duro golpe, ella lanzó su abundante cabellera alborotada hacia atrás como una bella yegua que estuvieran domando.
    
    El hombre no tuvo compasión de sus gritos y cuando cayó la tercera nalgada, la jovencita arrojó un chorro de orina encima del costal mojando sus bragas. Girándose ella un poco, observó a don Tomas lujurioso relamiéndose los labios ante sus preciosas nalgas.
    
    Debido a la explosión de orina, ella se sentía humillada y avergonzada a la vez que don Tomas parecía disfrutarlo; no obstante, el hombre nunca hizo el intento de bajarle las bragas, pero ella alcanzó a ver como se le levantaba el bulto sobre los pantalones.
    
    En la sexta retumbante nalgada, ella experimentó algo que la llenó de ira y de vergüenza:
    
    ¡Inició a sentir una enorme excitación! y por la décima nalgada, ella inició a humedecer sus pantaletas; finalizando con un orgasmo intenso en medio de aquellanalgaceraentre gritos enloquecedores retorciéndose tirada de panza sobre el costal de arroz.
    
    Al final, ella salió llorando del lugar toda orinada, mientras que el maldito de don Tomas le decía sonriendo:
    
    - Eso les sucede a las bandidas como tu… espero no te queden ganas de volver a robarme.
    
    Se alejó del lugar avergonzada e indignada, por lo que ella había experimentado al ser sometida y nalgueada por aquel hombre, caminando entre las miradas curiosas de algunos transeúntes al verla mojada; después, ella supo que a aquella acción le llamabanspanking y que muchas parejas, pero principalmente hombres, disfrutaban de ello junto a las damas que lo realizaban.
    
    De ahí nació aquella brillante idea ...
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