El repetidor, yo y mi madre (6) - Relatos Eróticos

El repetidor, yo y mi madre (6)

... recordase al instituto o a Manu. Quería hacerme una paja sin que nada me recordase a mi vida.

Puse un vídeo, no recuerdo de que, y empecé la paja. No me centraba en el vídeo, mi cabeza quería masturbarse con otras cosas, pensaba en Manu, pensaba en mi madre, pensaba en el dichoso consolador. Me levanté y lo cogí. Lo acerqué a mi polla, joder ahí puesto si parecía grande, al menos en la comparación conmigo. Me quité el pantalón y subí las piernas. Mierda lo iba a hacer. Empujé con el juguete intentando trapasar mi ano. Dolía y quemaba.

-Ah joder- exclamé

Cogí la vaselina ¿Donde la hecho?¿En el consolador o en mi culo? Lo tiré sobre la cama, me subí el pantalón y salí de la habitación.

Mi madre estaba en el salón, me senté en el sofá, alejado de ella, avergonzado y enfadado conmigo mismo y un poco con ella por haber traído el juguete.

-¿Cómo lo hago?- pregunté haciendo notar todas esas sensaciones.

-¿El que, hijo?- preguntó

-El consolador ¿Cómo me lo meto?-

-Ve a por el, yo te enseño- dijo ella sonriente y entusiasta.

Regresé al salón con el juguete y el bote de vaselina y se lo dí a mi madre antes de sentarme nuevamente.

-Quietate la ropa- me dijo mi madre

-¿Qué? ¿para que?- respondí sorprendido

-Para ayudarte con esto, cariño-

-Pero con que me expliques ya vale ¿Cómo usó la vaselina?-

-No seas tonto hijo. Es mejor que la primera vez te lo haga yo, así no te harás daño. No te hagas el vergonzoso ahora te he visto comerte una polla jaja- rió con complicidad mi madre.

Tenía razón, pero aún así era raro. Dudé. Miré a mi madre, que me sonreía tiernamente, y me rendí. Me quité la camiseta primero y el pantalón después y me quedé de pie frente a ella.

Mi madre me miró fijamente la polla.

-Con lo guapo que eres cariño. Es una pena....- dijo- Bueno, inclínate sobre el sofá-

-Mamá yo no sé si esto es muy normal- dije tímidamente mientras obedecía.

-No cariño, no lo es. Pero a mí me encanta- dijo acariciándome el culo.

-Mmm- gemí antes si caricias.

-Hay que ir suavemente, dilatando el agujero. Sobretodo la primera vez-

Había echado vaselina en su dedo y lo pasaba por la entrada de mi ano. La sensación de calor de la vaselina me puso aún más cachondo y me olvidé de lo extraño y guarro de la situación con mi madre.

-Poco a poco vamos empujando hasta que el dedo consiga entrar en el culito- la voz de mi madre había pasado de dulce a sensual.

Sin demasiado esfuerzo había introducido su dedo en mi culo y ahora lo movía suavemente en círculos.

-¿Te gusta, cariño?-

-Mucho, mamá- gemí

-Ahora que te has relajado, vamos a meter otro dedito-

Mi culo pudo con el segundo dedo con asombrosa facilidad.

-Por delante saliste a tu padre, pero desde luego tú culito ha salido a mi, como traga-

-Mmm me gusta- dije

-Lo se, hijo tu pollita no deja de soltar líquido -

Era verdad, algunas gotas estaban cayendo sobre el sofá.

-Lo siento- dije

-No te preocupes cariño, tu solo ...