1. La mulatita


    Fecha: 01/08/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: charlines, Fuente: TodoRelatos

    LA MULATITA.
    
    Dormía plácidamente con un antifaz en el avión, una mujer tocó en mi hombro.
    
    La mires somnoliento y retire mis piernas. Era la primera vez que me molestaban en primera clase. Esperé que volviera la mujer y volví a cerrar mis ojos. De nuevo golpearon mi hombro.
    
    Gruñí algo y empecé a espabilar. La mujer salió, cogió una maleta, me miró y me sonrió. Que poca vergüenza tiene alguna gente. Me había despertado dos veces. Recogí mis cosas y salí a la terminal, después de pasar por la aduana, busqué con la vista hasta encontrar mi nombre en un cartel. Ahí estaba mi chofer.
    
    La noche era cerrada y oscura, por lo que poco se podía apreciar por la ventanilla del auto. En unos minutos que se me hicieron eternos, llegamos al hotel. Bajé mis cosas y fui a recepción. Tomé posesión de mi habitación y fui al bar, dejando la maleta en recepción. Una vez en el bar me acerqué a la barra. Al fondo vi una preciosa mulata, que parecía aburrida. Me pedí una tónica con ginebra y me senté en una banqueta de la barra. Miré con descaro a esa belleza. Mi edad cercana a los sesenta ya me daba la oportunidad de ser descarado. La muchacha del fondo de la barra me miraba, yo levanté mi vaso y le hice una señal. Se acercó hacia mí y me gustó lo que pude ver.
    
    Una mulata, sobre el uno sesenta o poco más, un culo grande y tetas grandes bien redondas, aparentan naturales. Unas piernas bien torneadas, cómo buena mujer mulata, los labios no se veían muy gruesos ni muy pequeños, nariz de mulata, algo achatada pero perfecta con su rostro, las mejillas tienen un color rosado natural, su cabello es afro con trenzas africanas, con ojos almendrados y color café claro.
    
    La verdad, una preciosidad, seguramente estaba sobre los veinte años o poco más, bien podría ser mi hija.
    
    Pedí otro combinado y nos sentamos en una mesa. Ahí estuvimos hablando. Me cerciore de tu profesión y así acordamos una tarifa para los diez días que estaría ahí. Te dije que me gustaba la dominación, ser dominante y mandar en la relación. Tu asentiste con total complacencia y prometiste hacer todo aquello que más me gustase.
    
    Miraba tus imponentes senos con descaro, ahora eras mía por esos diez días.
    
    Así lo hiciste y un precioso sujetador negro con transparencias apareció ante mis ojos. Miré con descaro el canal de tus tetas, turgentes, jóvenes y desafiantes.
    
    Miraste a ambos lados y colocaste tu mano sobre el pantalón de mi traje. Mi polla te saludo poniéndose más dura. Me miraste y sonreíste. Apriete tu mano contra mi polla y la meneé un poco.
    
    Entramos en el ascensor te acerque a mí y besé tu boca, el elixir de la juventud me invadió y recorrió mi cuerpo haciendo que mi polla se sintiese más dura. Mi habitación estaba en el último piso, la suite junior con unas preciosas vistas al mar..
    
    Nos sentamos en un inmenso sofá de cuero blanco. Estabas preciosa con esa cara de niña mala.
    
    Me miraste pícara y fuiste desnudándote poco a poco. Tus prendas caían sobre el suelo de una en ...
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