1. El surfista de Colombia y su vergota negra


    Fecha: 25/07/2024, Categorías: Transexuales Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos

    ... también había sido surfista, el en ese momento rondaba por los 45 años, soltero y sin hijos, y una parte que recalco muchas veces…
    
    Le encantaban las travestis, transexuales y shemales muy femeninas. El plan inicial era que me regresaría al hotel al término de la cena, hasta que me arrastró a la playa, bueno no me arrastró, lo único que tuvo que hacer fue ponerse detrás de mi acercarse solo un poco a mi cuerpo y decirme al oído:
    
    C- Te pedí una noche.
    
    Y me dio un beso en el hombro. Caminando por la playa intentó besarme un par de veces, claro que yo no lo permití. Estaba un poco frustrado, así que para no hacerlo sentir mal decidí dejarlo tener un poco más de libertad, dejé que sus manos se pasearan casi libremente por mi cuerpo, roces, apretones, besos en la mejilla o en el cuello pero jamás en los labios. Entones, Cano cambió su táctica de pronto, se paró frente a mi y jalándome del brazo hacia él me dijo:
    
    C- Entonces así es como te gusta?
    
    Él puso una mano detrás de mi cuello y la otra en mis gordas protuberancias femeninas, y me acercó a su cara para darme un beso profundo y agresivo, sentía su lengua meterse a mi boca con mucha pasión. No tuve tiempo de resistirme, en segundos tenía su paquete restregándose en mí y estaba abrazando a Cano con fuerza. Al percatarse de que su nueva táctica había resultado bien, libero mi cuello y poso sus grandes manos bien puestas en mi culote, intenté separarme pero no lo logré. Lo que conseguí tras mi fallido forcejeo fue terminar con él acostado sobre mí a mitad de la playa, sentir el peso de su cuerpo me excitó aún más. Aun con un poco de pudor le pedí:
    
    P- Detente, por favor.
    
    C- Por qué? No te gusta Paulina? Tu cuerpo dice que te encanta!
    
    Y las caricias empezaron, una de sus manos se deslizó bajo mi vestido, sus dedos paseaban de mis muslos a mi pequeñita verga por encima de la tanga. Mi respiración aumentaba y me empezaba a excitar de una manera deliciosa, nunca me retiró la tela de mi diminuta tanga, ni saco mi pequeño pene, ni intento explorar mi ano, Cano estaba jugando conmigo.
    
    P- Aquí no!!
    
    C- Porque no??
    
    P- Porque quiero arrodillarme para chupártela! No me puedo arrodillar aquí, Cano!!
    
    C- Pues así como estoy no puedo ni caminar.
    
    Me dijo mientras tomaba mi mano y la ponía sobre su dura verga, estaba dura pero no parada, y sin embargo, se sentía de un tamaño descomunal, digno de un hombre negro, tras esto me excite aún más, entonces me mire suplicando:
    
    P- Vámonos de aquí Cano… Llévame a otro lugar!!
    
    C- A dónde quieres ir bonita?
    
    P- En serio me harás decirlo?
    
    C- Si, tendrás que pedirlo… O te perderás de la larga y gorda verga de un negro. Así que pídelo bonito, cachondo, por favor y llamándome Canito…
    
    P- Puf… eres horrible… Canito, podrías llevarme a tu habitación de hotel para que pueda comerme tu vergota?
    
    C- Así me gusta, eres una niña buena… Vamos putita, te daré verga hasta que te hartes.
    
    Me sentía de verdad sumamente cachonda… no recuerdo ...
«1...345...»