1. Mi Tío el Ranchero (10) FINAL


    Fecha: 22/09/2019, Categorías: Gays Incesto Autor: Hotman, Fuente: SexoSinTabues30

    ... dice:
    
    – Agárrate de aquí… con las dos manos…
    
    – ¿Así?
    
    – ¡Así!…
    
    Ya no dijo más, sólo se agachó, atrapó mis piernas por la parte de abajo de las rodillas y me las levantó hasta que lo rodeé por la cintura.
    
    – ¿Así Carlangas?… ¿seguro?
    
    – Sí chaparro, seguro.
    
    – ¿No está medio incómodo?
    
    – Por el momento está incómodo, pero ahorita vas a ver…
    
    Siguió subiendo mis piernas hasta que quedaron colgadas de sus hombros y una vez así, mi propio cuerpo entendió las instrucciones porque me levanté aún más sosteniéndome de las alcayatas. El otro bajó una mano para acomodar su verga y estuvimos forcejeando un ratito hasta que por fin sentí su glande en el mismísimo ano que nuestro padre acababa de dejar desocupado. Puso el glande ahí, y acto seguido se me cerraron los ojos:«Aaaaaaaaah… ya entendí Carlangas… ¡puta madre!… se siente rico… síguele…». Y sin esperar por más aprobación, Carlos impulsó más su verga hacia adentro y aaaaay coño, ¡qué pinche placer!… hasta entonces entendí la idea de colgarme de la pared.
    
    Carlos siguió entrando y entrando. Pensé que la verga de mi papá me había llegado hasta el estómago, pero la sensación se superó a sí misma porque sentí la verga de Carlos llegarme hasta la chingada garganta. Le dije:
    
    – Ya buey… ya estás hasta adentro.
    
    – Está bueno chaparro, ahora déjame abrazarte y déjate caer sobre mí, agárrate de mi cuello…
    
    – ¿Así?…
    
    – Así buey… ahora nomás acomódate…
    
    YO no supe a qué se refería con que me acomodara, pero mi cuerpo sí entendió. Mi espalda «reptó» hacia arriba contra la pared, mis brazos lo atraparon por completo del cuello, mi ano se abrió aún más y me pregunta:«¿Listo?». No le contesté nada, algún gemido dejé salir y él entendió que sí estaba listo.
    
    Carlos dejó de lado las introducciones suaves; simplemente empezó a cogerme con gran fuerza contra la pared. Al principio, sólo era el brinco de su cadera con sus brazos sosteniéndome, pero cuando el placer empezó a crecer, lo solté y levanté los brazos en busca de las mismas alcayatas y las atrapé. Una vez que me sentí afianzado, Carlos ya dejó de sostenerme y empezó a arremeter contra mi culito con una fuerza inusitada. Yo nunca había visto una película porno ni había hecho eso antes, así que como me fue dando el placer, fui sosteniéndome más y más de las alcayatas, con mis piernas encima de sus hombros. Siguió y siguió golpeándome contra la pared y directo a mi ano, hasta que le dije:
    
    – Carlos… ya me regresaron las ganas de orinar, buey…
    
    – NO… no son… (jadeos… jadeos…) No son ganas de orinar chaparrito, son ganas de venirte… déjalas que vengan…
    
    – Ok…
    
    Siguió golpeándome contra la pared; más y más me aferraba yo a las alcayatas. Soltó mis piernas; ya las estaba sosteniendo yo mismo al aire. Bajó sus manos a mis nalgas para acomodarme más directo a sus entradas y al levantarme… ¡más me entró su verga!…¡PUTA MADRE!… ¡QUÉ PINCHE PLACER!… Yo tenía los ojos cerrados, nomás sintiendo cómo golpeaba Carlos contra lo que ...