1. Mi Tío el Ranchero (10) FINAL


    Fecha: 22/09/2019, Categorías: Gays Incesto Autor: Hotman, Fuente: SexoSinTabues30

    ... seguir cogiendo. ¿No tienes ganas?…
    
    – ¡¿Que si tengo ganas?!… ¡por favor!… pero es que como tú y Carlos hablaron en secreto, pensé que el tío y yo ya habíamos quedado fuera de la jugada.
    
    – Sí. Es cierto lo de la hablada en secreto, pero era para sacar al tío de la jugada, NO A TI tontito…
    
    Aquí me volvió el alma al cuerpo y la sonrisa a la cara.
    
    – Oye, ¿qué está haciendo Carlos en el baño?
    
    – Está haciendo algo que con el tiempo vas a entender.
    
    – ¿Algo que con el… ¡ah!… ya sé: ¿está echando fuera el semen del tío?…
    
    – Ah mira, yo pensé que con el tiempo lo entenderías. Sí, eso está haciendo.
    
    – Aaaaaahhh… oye, ¿y me van a dejar verlos cómo cogen o me van a mandar a dormir como el tío?
    
    – Pues si te quieres ir a dormir, está bien, pero teníamos otros planes para ti…
    
    – ¡¿PARA MÍ?!
    
    – ¡Shhhhhh!… si despiertas a tu tío, te mato.
    
    – Papá: para despertar al tío hay que echarle hormigas rojas en los huevos… y… ¡quién sabe si así!…
    
    – Jajaja… ¡sí es cierto!… ah mira, ya viene tu hermano…
    
    Salió Carlos del baño, una vez más secándose las manos en las nalgas peludas. Se sentó a mi lado (quedando yo en medio) y me abrazó con una fuerza fraternal que NUNCA había sentido en él. Me pregunta:
    
    – ¡¿Cómo está mi hermano favorito?!
    
    – Nomás tienes un hermano, baboso… ¡auch!… pero dime: ¿qué planes tienen tú y mi papá para mí?
    
    Me soltó y levantó la cara para preguntarle a mi papá:«¿Ya le contaste, Jefe?», y el otro sólo contestó que NO con la cabeza. Entonces me volvió a abrazar y me dijo al oído:«Mira chaparro, yo me muero de las ganas de que mi jefe… ¡nuestro papá!… se venga adentro de mí, pero como tú fuiste el que empezó todo este desmadre, queremos que tú digas qué es lo que quieres que hagamos ahora… ¿qué se te antoja?».
    
    Me quedé callado… pensando realmente en lo que se me podría antojar ver, y el resultado fue:«¡Pues eso!… que me gustaría ver lo que no he visto: a mi papá cogiéndote a ti… ¡qué!… ¿no se puede?». Volteé a ver a uno y al otro, y ellos sólo se miraban entre sí, sonriendo. Dice Carlos:
    
    – ¿Tú qué dices, papá?… ¿le cumplimos el antojo a este cabrón?… (Mi papá no dudó en contestar)
    
    – ¡Pues se lo cumplimos, hijo!…
    
    Se rieron. Carlos me volvió a abrazar con un chingo de fuerza. Mi papá me jaló por el cuello para darme un beso en la frente, y con ambas manos les di unas palmaditas en sus respectivas piernas, se rieron y …, pasó el tiempo. No hacían nada. Hasta que me harté de que todo estuviera «OK». Me levanté y dije:«Voy a orinar, y para cuando salga del baño, quiero verlos YA haciendo algo…¿¿¿OK???».
    
    El par de cabrones se rieron y ya emprendía mi camino hacia el baño, cuando sentí la mano de mi papá atrapándome por el muslo izquierdo. Volteé a verlo y me dice con esa sonrisa que taaaaan rara era a mis ojos: una sonrisa suplicante. Él siempre fue quien ordenaba, nunca el que suplicaba. Y me dice:«Hijo… chaparrito… ¿no te puedes aguantar las ganas de orinar un ratito?
    
    Con la cabeza le contesté ...
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