1. De la admiración al amor y el deseo, hay una línea delgada


    Fecha: 11/03/2019, Categorías: Lesbianas Autor: DanielaUrban28, Fuente: CuentoRelatos

    Al principio pensé que se trataba solamente de una admiración corriente, pero el tiempo me enseñó que también se trataba de deseo.
    
    Casi que a la mitad de mi carrera fue cuando conocí a Jesús Gabriel, mi novio, ese suceso precioso que lo cambió todo en mi, y no por él. Me gustaba, quizás, por las razones equivocadas: era el típico chico malo, y además, un tipo muy lindo. Él es moreno, alto y de ojos claros, su cuerpo está muy bien marcado, y sus muchos tatuajes lo hacen ver rudo y varonil; eso me excitaba, durante el sexo, me encantaba verlo encima de mi, y verme por completo dominada en todo sentido.
    
    En el sexo, era muy bueno, apasionado, rudo y romántico al mismo tiempo, todo un manjar para una chica como yo. Si bien no soy fea, había descubierto por terceros que muchas de sus ex, eran demasiado bonitas; a mi criterio, ni siquiera Gabriel podría estar realmente a su altura. Estas cosas comenzaron a inquietante, porque pensé que podría pronto perder a mi chico.
    
    Todas estas dudas comenzaron a amargarme. Mi relación se arruinaba con el paso del tiempo por un tipo extraño de celos amargos por minas que yo jamás había conocido, y todo empeoró el día en el que descubrí que Gabo aún tenía, en su computadora, fotografías muy viejas de Raquel, una de sus ex.
    
    Raquel había pasado con mi ahora marido alrededor de cinco años, luego llegué yo. Ella me pareció en esas fotos demasiado hermosa: de tez blanca, mejillas rojas, y cabello negro, largo y ondulado. En sus hombros, tenía unas cuantas pequitas cafés, y sus atributos eran envidiables: senos firmes, y redondos; caderas amplías, vientre plano y por lo que descubrí en redes, un trasero precioso. Más bien para mí era sorprendente el hecho de que Gabriel por mi la cambiara, aunque como luego me contaron, así no fueron las cosas.
    
    Esta mujer se convirtió en mi pesadilla, en una especie de malsana obsesión. Casi no dormía pensando en que en secreto, esta tipa se comía a mi esposo. Incluso, cuando Jesús Gabriel no estaba en casa, me disponía a revisar y escarbar en los archivos de su laptop, para descubrir qué cosa de ella encontraba. Y así, el dicho es muy cierto: la que busca, encuentra, y sí que encontré. Vi una carpeta con algunas fotografías y archivos con el nombre de "mi amor 2012", y lo revisé. Eran muchas rotos de ella, comprometedoras, no como las otras, que pretendían sensatez y recado. Era ella, desnuda sobre un sofá, ella de nuevo, con una atrevida lencería, otra vez esa mujer, con una risa coqueta y luciendo una pequeña minifalda; ella y ella en escenarios eróticos y de fantasía. ¡Descargué todo el material!
    
    Durante los días siguientes, cuando mi marido no estaba, especialmente durante la mañana y en las tardes, cogí la rara costumbre de revisar una y otra vez las fotografías. Cuando hacía esto, una rara sensación de rabia y envidia en la garganta me consumía, pero a la vez, esa misma emoción se hizo adictiva. Me fijaba en ella y la examinaba de arriba abajo, y entonces esos ...
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