1. «Como perdí mi dulce virginidad a los 7».


    Fecha: 16/07/2024, Categorías: Gays Autor: EscritorGay, Fuente: SexoSinTabues30

    ... así como unos diez minutos, hasta que dijo.
    
    —Bueno puto, no tenemos mucho tiempo, quieres saber lo que es cojer?
    
    —Siii, respondí emocionado.
    
    (Grave error).
    
    Puso un poco de saliva en su verga y un poco en mi ano, y comenzó frotando entre mis nalgas, todo normal.
    
    Pero todo se volvió doloroso cuando intentó meterme esa enorme verga qué debía medir unos 21cm como mínimo.
    
    Obviamente no iba a poder penetrarme, si solamente su cabeza me dolía demasiado.
    
    Poco a poco comencé a gemir y luego incluso recuerdo llorar un poco en voz baja, pero eso no lo detuvo, puso tanta fuerza en mi culito que terminó por abrirlo, obligandome a soltar un llanto y un grito que ahogo con sus manos en mi boca.
    
    —Callate putito, tu habías estado deseando mi verga y esto es lo que se siente, acostumbrate ahora!.
    
    —Si, si, papi!.
    
    Tapé mi boca, en el momento en que sentí su cabeza entrando en mi ano, lo sentí caliente y húmedo, pero el dolor no se iba, quiso meterme un poco más pero no me aguanté y li empujé.
    
    —No, zorrita, no te vas a ir a ningún lado.
    
    —No porfavor, me duele!—dije con un poco de lágrimas.
    
    —Nimodo bebe, no puedes salir hasta que saques mi leche.
    
    —Cuál leche?—pregunté, ya que a esa edad, no sabia que de las vergas sabia leche.
    
    —Lo sabrás si seguimos.
    
    Me jaló de un brazo tan fácil hacia él, pues su fuerza comparada con la mía era demasiada.
    
    Por dentro, en el fondo, lo estaba gozando demasiado, era su puta, por fin estaba sucediendo, quería que ese cemental me rompiera el culo y estaba consiguiéndolo.
    
    Me puso nuevamente en cuatro, abriendo mi ano para poder ver donde meterla, esta vez se puso un poco de lubricante que tenia guardado.
    
    Dolía muchísimo, pero entraba un poco más fácil.
    
    Lo más que logró meterme fue un cuarto de verga, mi ano no daba para más.
    
    Sacó su verga de mi culo pasados los veinte minutos, estaba muy húmeda y terminó jalandosela y tirando a mi rostro un liquido blanco, sacó muchísimo porque me dejó repleto de él, me obligó a probarlo, era dulce y espeso, calientito, era algo totalmente nuevo, una leche distinta, leche de macho, y mi leche favorita al día de hoy.
    
    —Lo hiciste muy bien putito, ya puedes decir que estás estrenado, pero no puedes contarle a tu familia, pensándolo bien, mejor no le digas a nadie o te volveré a coger y esta vez, no pararé en ensartarte toda mi verga hasta que sangres y grites.
    
    —No, no no diré nada lo juro, lo juro!
    
    —Asi me gusta zorrita, ahora terminate mi leche y puedes irte.
    
    Me hizo beber toda y absolutamente cada gota de leche y sólo así pude subirme mi short, poner mi sport e irme a casa.
    
    Rápidamente me metí a mi cuarto y estuve como una hora sobando mi colita, que ya estaba rota por mi sexy y masculino vecino tabasqueño.
    
    Desde ese día, descubrí lo deliciosos que pueden ser los hombres, lo morbosos, sucios y pervertidos también y es por eso que los adoro tanto, me encantan y siempre lo harán.
    
    Hay una segunda parte, junto con su amigo Pato, ...