El secuestro (III) - Relatos Eróticos

El secuestro (III)

... más castigos.

- Ayy, era para tocarme antes de tener relaciones con mi marido, y así pensar en ello hasta que se corriera él.

- Infiel con él hasta en la cama. Bien, pues ya tengo todo, ahora por todas las molestias que has causado vas a ser la perrita de mis chicos, luego seguimos.

Los gorilas entran con mucha ilusión.

- Qué bien con la zorrita, abierta y ya mojada para tragar en ese coño nuestras pollas.

No perdieron tiempo, uno se puso detrás, y la mete hasta el fondo de su coño sin importar el separador, el otro la obliga abrir la boca para que se la chupe.

- Zorrita traga todo, y cuando él se haya corrido dentro de ti, vamos a cerrar ese coño.

Así lo hacen, primero se corre el de la boca, el del coño dura más sin correrse, la tumban boca arriba, su compañero coge de un cajón un esparadrapo y echa algo en el esparadrapo.

- Oye, ya está, me he descargado dentro de ella, pásame también un poco de papel para que la seque que sino se nos va a despegar el esparadrapo.

La secan los labios y la colocan los labios bien juntos, la colocan el esparadrapo desde el inicio de su sexo, incluido el clítoris. Melisa piensa que con eso se contentará pero no es así.

- Putita, vamos a otro sitio más íntimo, que no has acabado.

La sacan, la meten en otro habitáculo donde hay una barra en medio, la esposan las manos.

- Haznos un baile, que hemos visto muchos bailes, pero ahora para nosotros y cuanto antes nos levantes a los amiguitos antes te quitaremos ese

esparadrapo con tabasco, ni se te ocurra quitarlo tú, porque si lo haces te vamos a echar el tabasco hasta dentro de tu coño.

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Ya va llegando al final de esta historia. Si queréis que sufra un poco más me lo decís.