El secuestro (III) - Relatos Eróticos

El secuestro (III)

... pared y sin poder ver ni girar la cabeza hacia la puerta. Pasan un par de horas sin que llegue nadie.

- Perrita, espero que hayas dormido bien, por lo que veo te han puesto algún que otro complemento más. ¿Me vas a contar cómo empezó todo esto? - la pregunta el secuestrador misterioso mientras estira la pinza del clítoris.

- Ayyy, lo que quieras pero quítame esto.

- ¿Segura?

- Sí

- Bien. Pues me vas a decir cómo es la relación con tu marido.

- Pues normal.

- Con eso no me basta.

- Somos una pareja normal, que tenemos sexo como cualquiera pareja.

- ¿Tu marido te hace estar desnuda por la casa?

- No

- ¿Le chupas la polla o él a ti el coño?

- Un poco pero no es lo habitual.

- ¿Te ha follado ese culo?

- No

- ¿Entonces qué habéis hecho?

- Pues hemos follado

- ¿Cómo y dónde?

- Pues él metiendo su pene dentro de mi sexo y eso suele ser en la cama o en el sofá.

- ¿Te has corrido?

- No

- ¿Y con los otros hombres?

- Con algunos si y otros no

- ¿Cuando te masturbas te has corrido?

- Unas veces si y otras veces no.

- ¿Y eso?

- Depende de lo que fantasee. Por favor, quítame la pinza.

- Bien, pero luego quiero que sigas contestando.

- Si, si, gracias.

La quita la pinza, con tanto tiempo aprisionando su botoncito, esta no había tenido mucho riego de sangre, al principio nota alivio pero luego un dolor más agudo que antes.

- Auuuu, duele mucho.

- No te quejes, y sigue, si me convence tu historia igual te alivio esa pepita roja. - dice mientras saca una foto del clítoris, que está hinchado y sobresale aún más que antes. - o de lo contrario te lo anillo. Dime qué fantaseabas cuando te corrias.

- Que mi marido o cualquier hombre con autoridad me dijera que hiciera cierta cosa y que si no lo cumplía me diera algún castigo.

- Así que te gusta ser una perra desobediente que sin mano firme no sabe comportarse. ¿Los tipos cómo los has encontrado?

- Con un usuario inventado

- Teclea tu usuario y contraseña, quiero ver tu perfil y contenidos.

Melisa teclea lo que se le ha pedido, y de allí sale sus datos personales, los que se ha inventado así como las fotos y vídeos sexuales que ha hecho. Ella se queda con su coño lo más pegado al suelo frío, que de alguna forma alivia su dolor.

- Mmmm, mucho material, y esto sólo de un año. - el desconocido mira por encima, y coge un comunicador - Chicos venid a por el ordenador, necesito que el informático extraiga los vídeos y fotos de esta zorra y me lo organice como a mí me gusta.

Entra uno de los gorilas y se lleva el ordenador, y el desconocido vuelve al ataque.

- Tu usuario no te definía, te queda mejor la de perra cachonda desobediente. ¿Esos vídeos que tienes en la página web para qué lo quieres si no las has publicado?

- Para verlas.

- Perra, nadie te ha dicho que te puedas tumbar, ¡a cuatro ahora mismo! - la dice mientras la da varias patadas en su culo. - Y como no contestes con la verdad te voy a buscar ...