1. Mentirosa compulsiva, entre otras cosas


    Fecha: 21/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... cogió las bragas y se limpió la leche que tenía por delante, Pancho le limpió la de la espalda y al terminar le lamió el culo. A Benedicta se le apretaron los muslos, se le separaron las pantorrillas, con ellas los pies y echó las dos manos al coño al más puro estilo Marilyn Monroe en La Tentación Vive Arriba, solo que sin falda y sin la brisa del metro. El guarro no paró ahí, y no paró porque ella no se movió mientras le frotó la polla en el ojete, y cómo no se movió le clavó la cabeza de la polla en el culo.
    
    Esto hizo que se pusiera tiesa cómo un palo. El Llorón y yo fuimos a por sus tetas y se las comimos. Lucho le comió la boca. Benedicta ya no se cortaba, le devolvía los besos a Lucho al tiempo que le cogía las pollas al Tirillas y a Pampín... Los otros se la pelaban. Benedicta estaba más que cachonda. Con la polla de Pancho dentro del culo se fue echando hacía atrás hasta que Pancho quedo boca arriba con ella encima. No me pude resistir, volví a comerle el coño y en nada se volvió a correr, pero esa vez pataleaba cómo queriendo huir. Aún se estaba corriendo y jadeando cuando Pancho se corrió dentro de su culo. Después se quitó de debajo de ella. Se la froté en el coño, y me dijo:
    
    -Mete.
    
    No me lo tuvo que repetir. Se la clavé. Mi polla entró cómo una bala por aquel túnel engrasado. Al llegar al fondo me cogió el culo y me apretó contra ella. Le dije:
    
    -Me voy a correr.
    
    -Corre.
    
    ¡Era increíble! Pasara de no querer follar a dejar que me corriera dentro de ella. El gallinero se volvió a revolucionar.
    
    Al sacarme yo, el Llorón y el Cañotas le pusieron la polla en la boca. Se las meneó y chupó por turnos mientras Pampín la follaba cómo un conejo... Esta vez, con unas treinta clavadas, la que se corrió fue Benedicta, diciendo:
    
    -¡No pares, no pares! ¡Me corrooo!
    
    Al sacarse Pampín, el Llorón, a punto de correrse, la montó y en segundos su corrida se unía a las otras dentro del coño. Era obvio que Benedicta quería quedar preñada. El Miñoca no quiso ser menos, pero no le dio tiempo y se corrió en su cara. El Cañotas era duro cómo una piedra y cerdo cómo él solo. Al metérsela la besó con la leche del Miñoca en los labios y la folló a romper más de diez minutos, la folló hasta que Benedicta se volvió a correr, y al hacerlo nos insultó.
    
    -¡Hijos de puuuta!
    
    Él Cañotas también le llenó el coño de leche. Lucho, le dijo al tiempo que la montaba:
    
    -Hija de puta, tú, hija de puta y puta.
    
    Lucho estaba tan cachondo que ni un minuto tardó en llenarle el coño de leche. Cuando el Cascorro y el Tirillas la follaron ya el coño echaba por fuera, y echando por fuera se corrieron dentro. Cuando la volví a follar sentí cómo si mi polla fuese un pesó que se metía dentro de un vaso de leche y la leche desbordaba. Los huevos se me encharcaban al meterla hasta el fondo. El picor se apoderó de mi polla mientras la follaba. A Benedicta le iba a venir el gusto, y esta vez lo dijo:
    
    -Me voy a correr.
    
    El gallinero se alborotó de ...
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