La negra que la tenía como la lengua de aliens - Relatos Eróticos

La negra que la tenía como la lengua de aliens

... apoderaron de su camiseta, sacándola por arriba de su cuerpo, sus pechos palpitaban quedando expuestos en cascada, sus negros pezones apuntaban hacia mi boca, erectos como chupones, no me aguante más viendo esa negra carne vibrante me incline a mamarlos, ella tomándome de los cabellos me empezó a bajar pos su turgente cuerpo

Mi lengua pasaba por su piel achocolatada, mi lengua se entretuvo en ese pozo que se formaba en su ombligo, penetrándolo con la punta de mi lengua, pegándose a su piel como si fuera una sanguijuela, mis dedos empezaron a bajar su jeans, ella con movimiento seductor de cadera y piernas ayudo a que bajaran sus pantalones, y con movimientos de patadas se los quito, vi el triángulo que se dibujaba en su sexo, como si ahí estuviera una panocha femenina, preguntándome donde estaría esa enorme verga que ella presumía, mi nariz pegada ante su tanga aspiraba su delicioso aroma, que me llenaba de deseo, impaciente por ver ese tesoro bajé su diminuta braguita con mis dedos

abrió ligeramente sus piernas y puta madre, como por arte de magia se descolgó de entre sus nalgas una verga impresionante que en ese mismo instante tomo forma erecta y potente, larga y gruesa, con la cabeza negra, se le marcaban las venas, tenía unos testículos enormes, todo estaba depilado, ni un solo pelo, nunca había visto una así se me hacía agua la boca, embobada con una mano rodee esa deliciosa verga, gruesa como una mamila de 8 onzas, después la rodee con la otra mano, ella puso una de sus manos y todavía sobresalía esa redonda cabeza, con el dedo índice y pulgar de la otra mano se bajó el prepucio quedando expuesto su glande, se me figuro que era del tamaño de una pelota de golf, y como estaba su excitación empezó a brotar gotas seminales

Me dijo parece la lengua de un alíen, pero no te va a comer, más seguro es que tú te la comas, todavía no podía creer lo que tenía enfrente de mí, en mis manos, embelesada con ambas manos comencé con un suave sube y baja, quise devorarla, dándole un beso en esa cabeza que apuntaba hacia mi boca, quise mamarla, pero por más que abrí no me cupo en la boca, lo más que pude hacer es tratar de enrollarla con mi lengua, empezó a gemir al tiempo que decía, "así mamiiiii, saca la puta que llevas dentro", hacia movimientos coitales pero pues por más que quería follarme la boca su monstruo no lograba entrar

Después despacio me tomo de mis manos y me levanto, me beso en la boca, saboreando sus jugos seminales que yo llevaba escurriendo en la comisura de mis labios, me apretaba mis nalgas enterrando sus dedos en mis carnes, empezó a desnudarme, sus labios besaban primero mi largo cuello, luego mis hombros, cuando sus manos liberaron mis pechos mamo mis pezones, me agarro de las nalgas y cargándome me deposito en su cama, ella procedió a montarme, mis piernas subieron a su cadera, aferrándose a su cintura, sentía esa tranca buscando mi entrada que ya chorreaba,

Su boca mamaba mis pechos, sus dientes reptaban por mi piel ...