1. El trueno


    Fecha: 13/07/2024, Categorías: Bisexuales Autor: basdala66, Fuente: CuentoRelatos

    ... rozarlos, en aparentes juegos inocentes.
    
    —Se la toque por encima del pantalón. La tenía dura como una piedra. Podía imaginar el tronco y la cabeza de esa pija, mientras él me metía mano por todos lados como un pulpo. Me dejé acariciar las tetas y la concha. Estaba tan mojada que se me mojó el pantalón. Yo me había prendido a sus besos y no lo podía soltar ¡Como me hizo calentar! —dijo Belén mientras se calzaba tanga negra.
    
    Aquella noche, Andrea y Belén habían elegido los sillones de los reservados del boliche Quantum, para transar con dos chicos que iban a primer año de medicina. Los habían conocido la semana anterior, en una peña universitaria. Les parecieron guapos y se lanzaron a la aventura.
    
    —Yo casi se la chupo en la oscuridad. Me comió a besos y me desabrochó el pantalón. Lo quería parar, pero con poca resistencia —dijo con una carcajada Andrea —me toco las tetas y con los dedos me amasaba los pezones. Cuando me besó el cuello me volvió loca. Yo le desabroché el jean y metí la mano. Primero se la acaricié por encima del boxer, pero después se la agarré. Era como un hierro caliente. ¡Lo pienso y me mojo!
    
    Las dos estaban frente a frente. Belén seguía el relato de su amiga, pero no le sacaba los ojos de encima a las tetas. Andrea se dio cuenta y se acercó.
    
    —Si no llega mi viejo a buscarnos me lo hubiera cogido —dijo Andrea y se puso a centímetros de su amiga.
    
    Belén la miró fijo sin moverse. Las tetas de las dos estaban separadas por pocos centímetros.
    
    —¿Estás caliente? —le preguntó Andrea.
    
    Belén asintió con la cabeza.
    
    Andrea le tomó una mano. Enredó sus dedos en los de ella y después subió el brazo hasta la teta izquierda.
    
    —Tocamela. Sé que siempre te gustaron —le dijo.
    
    Belén le hizo caso. Se sentían chispeantes y muy femeninas. La acarició despacio y le pasó un dedo por el pezón.
    
    —Si fuera varón, te juro que te cogería —dijo Andrea al oído de Belén —. Tu culo me calienta. Su amiga no respondió.
    
    Después, sobrevino un beso. No un beso casto o breve. Andrea le comió la boca. Belén quiso resistir, pero tenía sus defensas sexuales bajas. Sintió como la lengua de su amiga se metía en la cavidad de la boca. Como se querían chupar las lenguas. Una mano de Andrea bajó hasta el elástico de la tanga de Belén. Unos centímetros más abajo, y no sabía cómo iba a responder su cuerpo. Andrea tenía a su amiga en el punto que quería: doblegada al deseo. Fue entonces que unos haces de luz iluminaron el barrio y se colaron por la hendija de la persiana. Después, sonó un trueno como una metralla que las hizo sobresaltar y despegarse. Las dos gritaron por el susto y el trepidar de los vidrios, hasta que el trueno se fue apagando.
    
    Belén saltó hacia la cama y se tapó. Más para escapar de las caricias de su amiga, que por el miedo a la tormenta. Andrea también se replegó. Se metió en la cama y se cubrió con una sábana. La única luz de la habitación era un velador, sobre la mesa de noche.
    
    —Mejor dormimos —dijo con vos de ...