Como me convertí en la perra de mi asistenta. 4 - Relatos Eróticos

Como me convertí en la perra de mi asistenta. 4

... cenamos y nos metimos en la cama. En mi cabeza no dejaban de dar vueltas escenas de todo lo sucedido por la tarde alternadas con fantasías intentando adivinar para que me estaría preparando. Me asustaba un poco pensar que podría degradarme más que ser el depósito de semen de tres perros callejeros mientras todo es grabado con detalle por mi asistenta de tantos años.

Durante todo el tiempo que pasó hasta que volvimos a vernos me fue imposible olvidar ni un solo día lo perra viciosa que soy. El tener que cumplir las dos condiciones que me había impuesto mi dueña para cada vez que, como pajillero salido que soy (si, pajillero, cuando no estaba ella delante me permitía considerarme y comportarme como una persona y no me llamaba perrita pero si con calificativos humillantes) no pudiera evitar masturbarme hizo que entrase en un círculo vicioso en el que al placer que me producía el propio orgasmo se sucedía a una nueva excitación producida por el placer de sentir el sabor del semen en mi boca.

Realmente me estaba convirtiendo en un adicto a él y aprovechaba cualquier ocasión para masturbarme y sentirlo de nuevo en mi boca. Me convertí en un auténtico pajillero tragón. Al tener que hacerlo siempre con el plug metido en mi culo acabe teniéndolo tan dilatado todo el día que realmente empezaba a parecerse a un auténtico chochete de perra. Mi dueña se reía cuando lo veía contenta porque lo estaba logrando y me lo toqueteaba simulando que estimulaba un clitoris. ¿Significaba eso que ya faltaba menos para la humillación total para la que me estaba preparando? No tardaría mucho en averiguarlo para mi desgracia. A