Como me convertí en la perra de mi asistenta. 4 - Relatos Eróticos

Como me convertí en la perra de mi asistenta. 4

... tanto le hacía falta. Yo creo que intentaba verme feliz gozando y poniendo los ojos en blanco como intuía que me gustaba pero también tuve siempre la sensación intentaba protegerme hasta cuando me follaba. Creo que si se hubiese empleado a fondo me hubiese reventado. Siempre me había considerado de orientación hetero, en todo caso bicurioso pero esto excedía lo más humillante que había sentido nunca, no sé de qué tipo de amor-esclavo estoy hablando pero estaba completamente entregado y sometido a ese gran semental. El caso es que como macho alfa que era dio un par de ladridos, que de los respingos que dió casi me atraganta con su pollón y los otros dos dejaron su disputa.

Mientras me esmeraba por tragar todo el esperma que mi macho generosamente vaciaba en mi garganta noté -como unas patas me montaban y con una especie de temblorcillo que me puso muy cachonda. Dando unos pasos muy cortitos sentí como se iba incrustando en la raja de mi culo una especie de vibrador que como si lo hubiese hecho toda la vida me la clavó de un certero golpe. Me pareció notar sus pelotas chocar con las mias. Fue una penetracion muy profunda a la que prosiguió un frenético bombeo que parecía no tener fin y que me empujaba contra la follada de boca que me regalaba mi macho. No estaba dispuesto a a desobedecer a mi ama y desperdiciar una gota de semen, y menos de la semilla de mi amo perruno, así que me amorre chupando con fuerza para no desconectarme de mi fuente de semen y de las embestidas termine metiéndome hasta el gran nudo. Ese fue el tope físico de mi mandíbula que quedó encajada con su gran miembro en mi garganta y su enorme nudo llenando mi boca. ¡Había hecho bola en mi boca i estaba enganchado por la boca a su polla sin poder escapar hasta que vaciase toda su abundante carga de esperma en mi estómago.

Así ensartado por esas dos bestias del sexo, sentí en todo mi ser el primer orgasmo de mi chochete de perra. Me sentí extraño porque aunque mi polla goteaba no sentí como cuando eyaculo, mi cuerpo sé espasmo durante unos instantes en un maravilloso orgasmo y senti como mi culo se contraía como temblando alrededor de ese inquieto miembro que no paraba de entrar y salir produciéndome un recalentón real de mi culo. No llegaba a quemar pero lo tenia ardiendo por su violenta follada. De repente note como en cuestión de segundos se hinchaba algo en mi recto. Creo que la vibración natural que le provocaba mi coño de perra por mi orgasmo canino aumentó su excitación y también me dejó enganchado a su pollón. Me daba miedo que estirasen porque con su gran potencia me hubiese hecho graves desgarros. Por si fuera poco, el tercero en discordia, queriendo mantener a su puta perruna a tono para cuando le tocase su turno comenzó a dar lametazos a los goterones que caían por de mi polla apunto de reventar. Lo sentía como si fuese un ternero lamiendo y dando golpecitos a la ubre de su madre para prepararla. La sensación de placer era inaguantable y me sentía en una especie ...