Tu, mi complemento perfecto 16 - Relatos Eróticos

Tu, mi complemento perfecto 16

... igual, esa castaña realmente estaba dispuesta a dar todo por su novia, aun cuando está no se lo pidiera. Aquel acto de valentía me hizo recordar a Charlie y cómo me he esforzado para que ella siga con su vida, pues no tendría por qué hacerse cargo de mi responsabilidad con Eliott, ni de mis deberes y de ese rol que jamás pedí cumplir.

Estando en mis cavilaciones, noté como el bus retomó su camino e imaginé la vida de Monse en aquella ciudad con sus almacenes pintados de ocre que se encuentran a la orilla del río. La segunda ciudad más antigua de Finlandia y que estaba a unos 50 kilómetros al este de Helsinki, llena de ferias, exposiciones de arte y mercadillos. Ese anhelo tan profundo que tenía me hizo el viaje más llevadero y cuando llegamos a la residencia, me di cuenta de que mi hermanito había vuelto.

—Malya, te eché de menos —corrió a mi encuentro.

—¿Qué haces aquí? —correspondí a su abrazo.

—Una señora me trajo, porque dónde me encontraba no me cuidaban como era o eso dijo ella —intentó explicarme.

—Qué bueno que estás aquí —lo abracé de nuevo.

Estaba muy feliz por tenerlo de vuelta, aunque me dolía ver qué sus manitos estaban llenas de callos causados por tanta fricción y me partía el alma, ver aquella herida que tenía en su labio inferior, ¿Qué le habrá sucedido? Sin embargo, mis conjeturas fueron interrumpidas por la voz de aquella mujer que todo el mundo conocía.

—Necesito hablar contigo, te espero en mi despacho —ordenó.

—Ve a jugar, nos vemos en la cena —dije, al mismo tiempo que me incorporaba.

—Espera, Charlie me pidió que te diera esto —extrajo una pequeña carta de su bolsillo.

—Gracias, pequeñajo, nos vemos ahora —expresé, al ver como se marchaba.

Mi pelinegra, ¿Cómo te la has ingeniado para ingresar a este lugar? Me cuestioné, como si mi subconsciente pudiera dar respuesta a esa interrogante y aunque quería seguir haciendo mis especulaciones, opté por dejar de lado mis emociones para ver qué deseaba comentarme Calie.

—Como ya se ha dado cuenta, su hermano regreso, mientras usted se encontraba en el colegio —mencionó.

—Sí, pude notarlo, así como noté sus heridas, ¿Qué le ocurrió? No sé supone que la familia que se lo llevó lo cuidaría bien —intenté modular mi todo de voz.

—Usted lo ha dicho, se supone, pero nos enteramos de que esa familia explota a los jóvenes que están a su cuidado forzándolos a realizar trabajos pesados como; romper ladrillos, piedras para la construcción y cargar madera para el invierno —confesó.

—Entonces, ¿Qué sucederá con mi hermano? Porque no pienso dejar que se lo lleven de nuevo —dije con la intención de que le quedará muy claro.

—Ya le he dicho que usted no es quien para imponer lo que se debe y no hacer en la institución—dijo con firmeza—Si le conté lo sucedido, es por mera cortesía —añadió.

—De acuerdo —tensé mi mandíbula.

—En cuanto a su interrogante, lo único que puedo afirmar es que su hermano quedará bajo nuestra tutela—manifestó—Es todo lo que ...