Una aventura increíble 2 - Relatos Eróticos

Una aventura increíble 2

... escudo, le obligo a ponerse de cuclillas y sacándome la polla, le ordeno que me la chupe. La muy puta se resiste, así que la convenzo dándole 2 bofetadas en la cara, y al abrir la boca para quejarse, se la meto en la boca. Después de unas cuantas chupadas se la saca de la boca, cosa que aprovecho para agarrarla del pelo y forzarla a lamerme los huevos después la conduzco de vuelta hasta mi polla y me la empieza chupar, pero sólo hasta la mitad.

¡Así no puta! le digo mientras le suelto otro bofetón, ¡hasta el fondo! Y agarrándola esta vez con las dos manos del pelo, empiezo a follarme su boca. Enseguida noto sus arcadas, por lo que intenta quitarse, lo cual impido y sigo usando su boca como si no fuera conmigo. Con este ritmo y toda la excitación acumulada, no aguanto demasiado y estándome apunto de correr la suelto y dándole su cubata para que lo aguante, me corro en el, impidiendo que se levante y obligándola a ver lo que estoy haciendo. Cuando termina de salir toda mi lefa, aprovecho para limpiarme el rabo con su pelo.

Posteriormente se levanta, y menuda pinta que llevaba, un reguero de babas corría por su vestido, el rímel corrido por las lágrimas del esfuerzo, las mejillas rojas, no se si de las bofetadas o de lo que acababa de hacer y el pelo todo revuelto como si se acabara de despertar. Menudo desastre estás hecha, pareces una cerda, vete al baño a limpiarte y arreglarte, es que no hay quien te saque.

Ella, tan digna como puedo, se dio la vuelta y se fue al baño a intentar adecentarse un poco, fijándome en su culo, veo que la parte de abajo del vestido también está empapado. Creo que me he pasado ligeramente, pienso para mis adentros, mientras me sale una sonrisa de niño malo. ¡Coño se me ha olvidado guardarla! Así que lo hago rápidamente antes de que alguien se dé cuenta y me tengan que echar. A la vuelta del baño, se había quitado el maquillaje, arreglado el pelo, secado las piernas y también un poco el vestido con el secador de manos.

Después, mas relajados, continuamos bailando y bebiendo, cada uno nuestra bebida, bueno casi, resulta que apareció una de sus amigas, sedienta, y sin mediar palabra, ni dar tiempo a evitarlo, le dio un gran sorbo a la bebida aderezada. Los dos nos quedamos de piedra y educadamente, mi zorrita nos presentó y me dijo que era una de las amigas de viaje. Sintiéndonos juzgados y observados, por esa cara dura y su novio, decidimos irnos a mi casa, dejando a su amiga con un cuarto de cubata en la mano compartiéndolo.

De camino a mi casa nos paramos, en un parque con columpios, en el cual no había nadie, a descansar un rato, balaceándonos suavemente mientras hablamos un rato, no todo puede ser sexo… que carajo, no puedo dejarlo así y, pasado unos minutos, le digo que estoy muy enfadado con ella por darle parte de mi corrida a otros, cuando se lo había reservado para ella y que eso no lo podía dejar pasar. Le pongo otra vez su tanga en la boca y le ordeno, mientras me quito el cinturón, que se quite ...