1. La profesora de matemáticas 24


    Fecha: 29/03/2019, Categorías: Incesto Autor: baltrex1, Fuente: TodoRelatos

    Felipe cerró presuroso la puerta y enfrente en el pequeño recibidor estaba Nati sonriente. Llevaba una camiseta roja y unas bragas blancas, nada más. Felipe se quedó impresionado.
    
    - Joder, Nati, que buena estás.
    
    - Jeje, gracias señor director. Me gusta andar cómoda por casa.
    
    - Ya veo.
    
    - ¿Te gusta? - Con voz melosa.
    
    - Me encanta.
    
    - Anda, pasa. - Nati hizo un gesto con la mano y se giró - ¿Quieres un café? ¿Una cerveza?
    
    - Un cortado, gracias.
    
    - Te gusta como a mí. Pero me gusta más que lo tomemos juntos.
    
    Felipe se sentó en el sofá. Ansiaba que Nati se sentara junto a él y poder apretujarla contra sí. Felipe acabó de echar una vista al apartamento. Frente a la entrada había una pequeña cocina abierta al salón, que quedaba a la izquierda. Contaba con un buen ventanal por el que entraba una luz otoñal. A la izquierda había un baño y el único dormitorio.
    
    - Qué bonito apartamento, Nati.
    
    - Gracias. Es muy cómodo para vivir sola.
    
    Nati sirvió los dos cortados y se sentó sonriente junto a Felipe. Que en seguida posó su mano en el turgente muslo de Nati.
    
    - Gracias.
    
    - No hay de qué señor director.
    
    Nati le besó larga y dulcemente en los labios y acabó llevando su mano al paquete de Felipe notando su dureza.
    
    - Vienes listo, así me gusta.
    
    - Sí.
    
    Felipe volvió a besarla y metió su mano bajo la camiseta de Nati, subiendo del estómago a las tetas. Se sorprendió al ver que iban descubiertas.
    
    - No llevas sujetador, Nati.
    
    - En casa no lo necesito, voy más cómoda.
    
    - Ya. Las tienes bien firmes y duras.
    
    Nati sonrió y se quitó la camiseta. Mostró con orgullo sus tetas turgentes a su amante. Le excitaba volver a desnudarse por follar con un hombre al que deseaba y no por ser forzada.
    
    - Se van a enfriar los cafés. - Dijo Nati sonriendo. - ¿Cuánto azúcar te echas?
    
    - Un cuarto de cucharilla.
    
    Nati echó el azúcar a los cafés y se lo llevó a la boca. Saboreándolo. Como iba a saborear la polla y el semen de Felipe poco después.
    
    - Luego probaré tu leche. - Dijo riéndose algo chillona.
    
    - Te la daré encantado. - Mientras notaba que su polla se endurecía más.
    
    - Son muy cómodas estas cápsulas para el café. Te preparas uno al momento.
    
    - Sí, en casa tengo también una.
    
    Eso le hizo acordarse de Carmen por un momento. Tomó otro sorbo y empezó a descalzarse y a desnudarse de cintura para arriba.
    
    - Veo que tienes prisa.
    
    - Te veo así y yo aún estoy vestido.
    
    Nati volvió a reírse y se acabó de tomar su cortado.
    
    - Déjame quitarte el calzoncillo.
    
    - Con la condición de que yo te quite las bragas.
    
    - Sí, señor director.
    
    Felipe acabó su cortado y se quedó en calzoncillos. El bulto era notorio bajo la fina tela y Nati lo miró con indisimulada lascivia.
    
    - ¿Te gusta mi polla?
    
    - Me encanta. Vamos ya al dormitorio.
    
    El dormitorio era relativamente amplio para el tamaño del apartamento.
    
    - Qué bien dispuesto tienes el dormitorio.
    
    - Para recibir a amantes como tú. - Dijo sonriendo ...
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