De respetada mujer casada a puta de burdel 6 - Relatos Eróticos

De respetada mujer casada a puta de burdel 6

... puntas con el que comenzó a acariciarme el cuerpo. Ella acerco su boca a mi oreja mientras me decía que no sufriría ningún daño que no me asustara y siguiera el juego.

Comenzo a azotarme todo el cuerpo, deleitándose con mis pechos y el coño, lo cierto es que apenas notaba los golpes a pesar del ruido que hacia. Sabia lo que estaba haciendo y la verdad es que estaba empezando a disfrutar de aquello.

Al mirar hacia el publico pude observar que muchas chicas estaban agachadas haciendo mamadas a los clientes con los que estaban. Se habían calentado mucho y ellas los ayudaban con sus bocas. Estaba segura de que intentaban alargar su placer lo máximo posible, sabiendo que lo que seguía les iba a encantar.

Despues de un rato siendo azotada de aquella manera, dejo el latigo sobre la mesa, me desato y me llevo a otra un poco mas baja donde me ordeno tumbarme boca arriba, con el culo cerca del borde. Despues de sujetarme las manos para no moverme, me obligo a doblar las piernas exponiendo mi culo.

Lo siguiente que hizo fue ponerse un cinturón de esos tipo estrapton, y se acerco a mi. Comenzo a acariciarme los labios vaginales. Aquello me estaba excitando de sobre manera, jamás en mi vida había estado con una mujer.

Cuando considero que estaba suficientemente caliente, se agacho y comenzó a comerme el coño, aquella hija de perra sabia lo que hacia, estaba claro que no era el primero que comia.

Movia muy rápido la lengua llevándome al límite del extasis, cuando de repente comenzó a meter un par de dedos y follandome con ellos mientras su lengua se entretenía con mi clítoris, aquello hizo que tuviera un orgasmo increíble, lo que me provoco una vergüenza terrible.

Ella sin inmutarse y con una sonrisa, se levanto y coloco la punta del strapton en mi coño, comenzó a introducirlo poco a poco jugando con sus dedos en el clítoris, cuando lo tenia entero metido, conecto un vibrador que llevaba incorporado y comenzó un mete saca lento y constante.

No recuerdo la de veces que me corri con aquella mujer esa noche, pero fue una de las que mejor me lo pase desde que llegara a aquel condenado lugar.

Cuando acabamos el espectáculo, me solto y me fui rápidamente a cambiarme, no podía mirar a la cara a Lucia de la vergüenza que sentía.

Antes de poder marcharme, ella se acerco a mi y me dijo que habría que repetirlo, que se lo había pasado muy bien. Y que si deseaba alguna noche podía ir a dormir con ella a su habitación, la mire, a los ojos y dije que lo sentía, que no pretendía correrme de aquella forma en su boca.

Ella se acercó a mi y me beso, aun tenía el sabor de mi corrida en su lengua, y me dijo que le encantaba el sabor de mi coño, y que deseaba poder volver a saborear, tras lo cual se marcho dejándome con la boca abierta sin saber que pensar.