1. Magdalena – Primera Parte.


    Fecha: 11/06/2024, Categorías: Incesto Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... lo que decía tu padre cuando recordaba tú adolescencia? …
    
    —¡No! … ¿Y qué? …
    
    Respondió mi mujer sin siquiera reflexionar y bastante molesta:
    
    —Bueno … él dijo que cuando tú eras como nuestra Magdalena … las discusiones entre tú y tú madre eran frecuentes y él en vez de marido o esposo … muchas veces tuvo que hacer de arbitro …
    
    Mi señora esposa todavía molesta me dijo:
    
    —Pues si crees que eso era gracioso … lo que es a mí no me hace ninguna gracia … tienes que controlar y hablar con esa loca de tu hija …
    
    Durante algunos días, el nivel de animosidad entre Magdalena y mi hijo fue in crescendo, lo que complicó cualquier entendimiento de ella con mi esposa. Yo era el único al que ella no respondía en forma antipática. Yo sabía lo que la estaba molestando, pero no sabía como arreglar las cosas de nuevo. Pensé en volver a colocar el juguete en su habitación y no decir nada, pero continuaría molestando y odiando a nuestro pequeño hijo, cosa que enfurecía a mi mujer. Todo llegó a su fin cuando mi señora me llamo:
    
    —Saca a tu hija de aquí … no la soporto más … estoy lista a darle un par de bofetadas … llévatela y habla con ella …
    
    Me fui al cuarto de ella y llamé a su puerta:
    
    —¡Magda! … ¡Hija! … Necesito hablarte … ven, vayamos a dar un paseo en auto …
    
    —Está bien, papi …
    
    No era la primera vez que yo la sacaba de casa para conversar a solas de padre a hija, nos fuimos al Mall a servirnos una copa de helado. Ella pidió un Sundae de Chocolate blanco y yo un café vienes, luego le pregunté como si no supiera:
    
    —Cariño … ¿Qué te está pasando? … ¿Por qué estás tan nerviosa estos últimos días? …
    
    —No lo sé, papá … Julio se metió a mi pieza y me sacó algo de mis cosas …
    
    —Pero él es pequeño … quizás lo hizo sin querer … los niños son traviesos …
    
    —Él es un maldito entrometido …
    
    —¿Y tú madre? … ¿También ella es una metiche? …
    
    —Papi … ella lo defiende … piensa que yo lo odio todo el tiempo …
    
    —¿Y no es así? …
    
    —Por supuesto que no … pero esta semana me ha hecho enojar … se metió a hurgar en mi dormitorio y eso me exasperó mucho … se me perdió algo … él debe haberlo tomado …
    
    —¿Algo? … ¿Dices que él tomó algo tuyo? … ¿Qué cosa? …
    
    —¡Ay!, papi … es algo personal …
    
    Se sonrojó mucho y esquivaba mi mirada, entonces pensé que era hora de hacerle saber que yo estaba al tanto de su secreto, me metí la mano en el bolsillo y saqué una cajita y la puse sobre la mesa.
    
    —Ten … quizás esto ayudará a calmarte …
    
    —¡Oh!, papi … me has traído un regalo …
    
    Se le iluminó su carita angelical, a ella le gustaba recibir regalos de sorpresa, agarró la cajita e inmediatamente su rostro cambió cuando se encontró con su consolador depositado sobre algodón, se quedó estática, casi no respiraba, luego levantó sus ojos hacia los míos y su mirada estaba cargada de algo que no era precisamente afecto. Había rabia en sus ojos, dejó caer la caja sobre la mesita, se levantó y abandonó apresuradamente el local. No me sorprendió para nada su ...
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